Utilizando una tableta y un foco de luz roja, unos investigadores han creado un sistema que permite a las personas controlar una flota de robots moviendo el dedo. Una persona toca la tableta para controlar dónde aparece el rayo de luz sobre el suelo. El enjambre de robots se desplaza entonces hacia la zona del suelo iluminada por el foco de luz roja, comunicándose constantemente entre sí y decidiendo cómo cubrir de forma equitativa el área iluminada. Cuando la persona pasa el dedo por la tableta para arrastrar la luz a lo largo del suelo, los robots la siguen. Si el operador pone dos dedos en lugares diferentes en la tableta, las máquinas se repartirán en equipos y repetirán el proceso.
El nuevo algoritmo que alimenta este sistema, obra de expertos del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech) en la ciudad estadounidense de Atlanta, demuestra el potencial de aplicaciones que puede tener el poder controlar con facilidad grandes conjuntos de robots, una condición imprescindible si algún día hay que emplear manadas de ellos para tareas cotidianas en el ámbito industrial o incluso agrícola, o para operaciones de emergencia en áreas afectadas por catástrofes.
Un sistema de control como el desarrollado y probado por el equipo de Magnus Egerstedt, del Instituto Tecnológico de Georgia (Georgia Tech) en la ciudad estadounidense de Atlanta, es vital porque no es posible para una persona controlar mil o un millón de robots programando a cada uno de ellos individualmente sobre dónde deben ir. En cambio, con el nuevo sistema el operador humano se limita a indicar el área que necesita ser explorada o en la que hay que trabajar de otros modos. Entonces los robots trabajan juntos para determinar las mejores formas de llevar a cabo el trabajo.
Egerstedt cree factible para un futuro no muy lejano un escenario típico en el que un operador humano envía una gran flota de máquinas a un área específica de una región asolada por una catástrofe como podría ser el caso de un tsunami. Los robots entonces buscarían supervivientes, repartiéndose equitativamente por el espacio a inspeccionar. Si de pronto se necesitaran algunas máquinas en una nueva área, una sola persona podría volver a desplegarlos rápidamente en el terreno de interés. En casos como este, actuar con la mayor rapidez posible y maximizar el trabajo que cada persona puede realizar sobre el terreno es fundamental para lograr rescatar con vida al mayor número posible de personas.
El algoritmo del Georgia Tech es diferente de muchos otros algoritmos de cobertura robótica porque no es estático. Es lo bastante flexible para permitir a los robots “cambiar de opinión” de forma eficiente, en vez de limitarse tan solo a hacer el único trabajo para el que se les ha programado.
Una ventaja adicional del nuevo sistema de control, es que fue diseñado para ser utilizable por casi todo el mundo. Al estar basado en una tableta, permite que cualquiera mínimamente familiarizado con este dispositivo de creciente popularidad pueda controlar los robots, incluso aunque carezca de conocimientos de robótica.
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