Municipio debe aprobar planimetría de Puchucollo

La pasada semana, autoridades del Ministerio de Agua y Medio Ambiente, de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento Básico (AAPS), del Municipio de Laja junto a representantes vecinales y comunarios se reunieron en inmediaciones de las plantas de tratamiento de aguas residuales de Puchucollo con el objetivo de determinar la aprobación de la planimetría del sector.

Esta es una de las primeras acciones que deben realizarse para que el proyecto de tratamiento de aguas residuales en este sector pueda ser subsanado y reactivado a la brevedad posible.

EL DIARIO, desde el pasado viernes, solicitó los informes correspondientes tanto a las autoridades de la AAPS como al departamento de comunicación del Ministerio de Agua con la finalidad de definir los proyectos comprometidos en dicha localidad, aspecto que no fue atendido deja en evidencia que dicha problemática ambiental podría no ser atendida en los próximos días.

Por su parte, sectores vecinales del Distrito 12 de la urbe alteña aseguran que su preocupación es constante, al ser este, entre otros sectores vecinales tanto de Laja como de El Alto, quienes deben vivir con la contaminación ambiental las 24 horas del día, sintiendo los olores nauseabundos que no sólo penetran las viviendas y habitaciones, sino los propios pulmones de sus habitantes.

Guadalupe Daza, vecina del sector, lamentó que recién ahora el municipio de Laja, aprovechando la visita de las autoridades, se haya comprometido, mediante su Subalcaldía, a entregar la planimetría a dicho sector, siendo este documento el certificado de reconocimiento y legalidad que puede permitir la ejecución de cualquier tipo de obra.

“Por lo tanto, esa visita de las autoridades, las promesas realizadas y demás actuados es sólo un saludo a la bandera, porque sin planimetría poco o nada es lo que se hará en dicho sector, tomando en cuenta que este documento (planimetría) es lo que legaliza a los vecinos y permite que se ejecuten obras que permitan continuar con la contaminación ambiental”, explicó Daza.

ANTECEDENTES

A 10 minutos de la urbanización Kiswaras, ubicada en el sector noreste de la ciudad de El Alto, se encuentra la comunidad de Puchucollo, que pertenece al municipio de Laja.

En Kiswaras el tema de contaminación ambiental surge por la instalación de las plantas de tratamiento pero el conflicto se agudiza como consecuencia de la rotura de tuberías de aguas servidas las cuales fueron constatadas por las autoridades de la AAPS y del propio Ministerio del Agua, porque si bien sienten la llegada de olores fétidos, dichas aguas contaminadas pasan alrededor de la comunidad y de sus viviendas.

Las aguas contaminadas de Puchucollo son utilizadas, por parte de los comunarios, como canales de riego para cosechas agrícolas y alimento del ganado vacuno y ovino, productos destinados al comercio en las ciudades de El Alto y La Paz.

Los emisarios o colectores de primer orden de alcantarillado sanitario que están construidos con cemento desde hace más de 15 años por parte de anteriores empresas privadas a cargo del tratamiento de aguas servidas que desembocan de la ciudad de El Alto derivan en tres lagunas de tratamiento de estas aguas.

En estas tuberías que conducen las aguas servidas a las tres lagunas de estabilización, para su tratamiento, se pudo evidenciar que comunarios de sector habrían efectuado la rotura de las mismas para usar estas aguas servidas.

Desde 1998 se tiene la construcción de los emisarios o colectores de primer orden de alcantarillado sanitario con un diámetro de mil milímetros, que corresponde a un metro, llegando a recolectar 400 litros por segundo de los cuales, de cinco a ocho litros por segundo, son desviados por los canales artificiales que pasan por la comunidad, conforme a informes de Epsas recabados en la gestión 2014.

Las aguas que llegan a los emisarios sanitarios no sólo son de alcantarillado sanitario, sino de aguas de curtiembres y empresas legales e ilegales, que contienen otros compuestos químicos contaminantes que dificultan el proceso de tratamiento, según reconoció en su momento Epsas.

De las aguas denominadas ‘crudas’, sin tratamiento, que llegan a las plantas, es donde se registran las perforaciones realizadas por los comunarios del sector, la misma que mediante canales artificiales pasan a un lado de las casas de la comunidad destinadas al sector agrícola y la cría de ganado vacuno y ovino.

En los últimos 10 años se verificó el incremento de las perforaciones de las tuberías las cuales no pueden ser cerradas por parte de la entidad pública de Epsas por presiones de los comunarios del sector.

Desde pasadas gestiones las autoridades de turno ofrecieron diferentes proyectos a los comunarios en lo referente a la instalación de agua potable para el sector y zonas aledañas para urbanizaciones de Laja, donde pertenece la mencionada comunidad, además de programas como una atención de salud médica, las cuales fueron atendidas de manera irregular.