Relaciones Bolivia-Perú en tensión

Fuera de las connotaciones de carácter policial, respecto a la fuga, desaparición o dudoso secuestro del ciudadano peruano Martín Belaunde, las relaciones bilaterales Bolivia-Perú tensionan ambos gobiernos.

El parlamento peruano es una caja de resonancia que pasó en breve tiempo de las suposiciones a las acusaciones que involucran, sin pruebas aún, cierta complicidad del más alto nivel, en la estructura de mando presidencial de las dos naciones.

La más ponzoñosa de estas acusaciones ha sido lanzada por el congresista y vocero de Concertación Parlamentaria de Perú, Mauricio Mulder. El legislador afirmó que el Gobierno boliviano facilitó la fuga del empresario Martín Belaunde Lossio.

Mulder agregó: “Bolivia ha estado jugando con Martín Belaunde Lossio para poder obtener, por parte del Perú, una posición específica de un tema (sobre la mediterraneidad). Cuando ha llegado al punto de desenlace, lo que han hecho es facilitar su fuga”.

Inaudito lenguaje de un parlamentario de la oposición peruana y, en el fondo, proclive a Chile, que directamente atenta contra el enfoque boliviano de retornar al mar, presentado ante la Corte Internacional de Justicia.

La importancia política de Martín Belaunde, tanto para Bolivia como para el Perú, tiene dos connotaciones. La primera, que el exasesor del Gobierno peruano tendría documentación reservada contra el actual presidente Ollanta Humala, documentación que daría esperanzas a la Concertación para sus fines políticos encubiertos, entre ellos, tal vez, acortar su mandato constitucional.

La segunda toca al Gobierno boliviano y sus instancias coercitivas, por su aparente negligencia en la custodia de Martín Belaunde. Tema que a estas horas también genera en nuestro país reacciones negativas contra autoridades que tienen bajo su mando la seguridad nacional y por supuesto, la seguridad de extranjeros, como es el ciudadano peruano Martín Belaunde.

Las relaciones entre nuestros dos países podrían deteriorarse por un asunto policial que, en ningún momento es vital para Bolivia ni para el Perú pero que, sin embargo, trasciende el carácter delictivo y adquiere un enfoque netamente internacional geopolítico, en el que podemos adivinar intereses contrarios como empañar, el justo afán boliviano de un acceso soberano al Pacífico.