En los países latinoamericanos la exportación de materias primas constituye el grueso de las exportaciones nacionales, debido a que la falta de desarrollo tecnológico impidió industrializar sus recursos naturales y peor aún, entrar en el elitista círculo de países o empresas que dan servicios de diferente tipo (entre ellos están las patentes tecnológicas) y que alcanzaron el 70% de la economía mundial. La economía boliviana giró en torno a la exportación de la plata hasta fines del Siglo XIX, luego del estaño hasta 1985 y actualmente del gas natural, que la cambió sustancialmente porque genera grandes utilidades y tributa mucho, a diferencia de los minerales y otros recursos.
La mejor oportunidad que tuvo Bolivia de iniciar su despegue económico fue en las cuatro primeras décadas del siglo pasado, cuando sus ricas minas estañíferas producían y exportaban mucho, pero se pagó ínfimos impuestos (apenas el 7,7% sobre el valor exportado entre 1900 y 1940), determinados al capricho de los tres ex “barones del estaño” Simón Patiño, Mauricio Hochschild y Carlos Víctor Aramayo (especialmente Patiño), que al representar 70% de las exportaciones nacionales, tenían un control casi absoluto del país, que sin embargo podía vivir con los bajos tributos, dado el pequeño tamaño de su economía.
Luego de la nacionalización de las minas (1952) por la anemia crónica del TGN, se elevaron los tributos mineros, especialmente en los gobiernos militares (1964-1982) en que pasaron del 30%, paradójicamente cuando las minas habían empobrecido, por lo que los operadores no pudieron desarrollar nuevas reservas ni renovar equipos en sus minas, que más tarde tendrían que cerrarse.
Felizmente en la década de 1970 se empezó a exportar petróleo y desde la década de 1990 la soya empezó a tener importancia, recursos que ayudaron en la caída del precio del estaño (1985), luego de lo cual adquirieron importancia el zinc, la plata y el oro. Desde el año 2000 el gas natural (GN) cobró cada vez mayor y decisiva importancia económica. Entre los años 2012 y 2014 las exportaciones promedio de GN (52,2%), minerales (28,9%) y soya (8,9%) significaron el 90% de las exportaciones totales.
La exportación de GN tiene una importancia fundamental para la economía del país, porque debido a sus bajísimos costos de producción puede generar fuertes utilidades y pagar elevados tributos, lo que no es posible con la minería, cuyos yacimientos en franco agotamiento y sus elevados costos no permiten generar moderadas utilidades ni pagar altos tributos. Es proverbial la opulencia de pequeños países, pero grandes países productores de hidrocarburos, como Kuwait (17.820 Km2 y 3,9 M habitantes), Emiratos Árabes Unidos (83.600 Km2 y 9,3 M habitantes) y Qatar (11.571 Km2 y 2,1 M habitantes), considerado el país más rico del mundo, pero no existe un solo país en el que la minería hubiera cambiado su economía rápidamente.
Venezuela debe ser el único gran exportador de petróleo con profunda crisis económica, por su pésimo manejo económico. Los empresarios mineros multimillonarios como Patiño, que tuvo la suerte de encontrar la fabulosa veta Salvadora, son sólo historia, porque ya se descubrió y trabajó todos los yacimientos muy y medianamente ricos.
El año 2011 fue de lejos el de mayor tributación de la minería. La exportación total fue de 9.146 M$us, la de GN 4.149 M$us (45,4% de las exportaciones) y de minerales 3.430 M$us (37,5%). Los impuestos pagados por GN sumaron 2.062 M$us (47,5% del total de impuestos), mientras que el sector minero pagó 246 M$us (5,7%). Las regalías pagadas por el GN sumaron 498 M$us y por minerales se pagó 168 M$us, de donde resulta que por impuestos y regalías por el GN se pagó 2.560 M$us o el 61,7% del valor exportado y por minerales se pagó 414 M$us equivalente al 12,1% del valor exportado, o sea que el GN tributó 5,1 veces más que la minería en relación con el valor exportado. El GN además genera buenas utilidades para YPFB, que pueden ser mayores si se le da valor agregado industrializándolo.
Esto explica el mejor desempeño de la economía boliviana que por ejemplo la de países vecinos como Chile y Perú, que dependen más de los minerales. En 2013 la exportación total de Chile fue 77.367 M$us, la de minerales 44.294 M$us, (57,3% de las exportaciones totales) y el segundo rubro alimentos procesados con 5,528 M$us (7,1% de las exportaciones). En Perú la exportación total fue 41.826 M$us, la de minerales 23.030 M$us (55,1% de las exportaciones totales), siguiéndole el petróleo y gas natural con 5.148 M$us (12,3% de las exportaciones). Dicho año nuestra exportación total fue 12.208 M$us, la del GN 6.681 M$us y la de minerales 3.051 M$us.
Como se observa, el impacto del GN en la economía boliviana se ve también favorecido por el pequeño tamaño de ésta. Pasaron sin efectos positivos para el país las eras de la plata y del estaño. Que no ocurra lo mismo con el gas natural que por lo explicado, en gran medida constituye el “blindaje” de la economía nacional, mientras no se exagere en los gastos superfluos.
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