El narcotráfico por zonas fronterizas provoca recelo en países vecinos, ya que una considerable cantidad de la droga producida viene de Bolivia o el territorio nacional es paso obligado de esa ilícita actividad. América del Sur y Europa están llamadas a colaborar a los organismos de lucha antidroga del país, para evitar el aumento de cocales, así como la venta y consumo de drogas.
Ante esta situación, el Gobierno boliviano hizo un estudio integral sobre la coca en 2013, revelando que 3 de cada 10 bolivianos consume la hoja. Y la Ley 1.008 establecía sólo 705 hectáreas de coca para cubrir la demanda legal de los consumidores. Según el censo de 2012, Bolivia tenía 10.389.903 habitantes, con aproximadamente tres millones de consumidores, más en el área urbana que rural.
En informe de 1 de enero al 31 de octubre de 2013, la Felcn hizo varios operativos, secuestrando droga o clorhidrato de cocaína, en cantidad de 15 toneladas; marihuana 73 toneladas, destruyendo 50 laboratorios de cristalización, 38 de reciclaje y en total 14.000 fábricas. En los operativos fueron aprehendidas 4.000 personas.
Se estableció como productoras de drogas a zonas de Yungas, las provincias Franz Tamayo, Muñecas y Murillo, el trópico cochabambino y los Yungas de Vandiola. Lo más grave es el desplazamiento de narcotraficantes de Colombia, Perú y México a territorio boliviano.
Complica la lucha antidroga el desplazamiento de avionetas hacia el Oriente, como Beni y Santa Cruz y al parecer también se está fabricando droga en zonas altiplánicas, ya que se ha encontrado laboratorios de sedimentación dispersos. La Unión Europea trabaja con la UNODOC, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en monitoreo de plantaciones de coca. Alarma saber que el Perú produce 60.000 hectáreas de coca y Colombia 68.000 hectáreas. En cuanto a los informes sobre el trópico cochabambino, casi toda su producción de coca es usada en la fabricación de droga y no para el consumo tradicional, porque sus hojas son grandes y no son dulces para el masticado, al contrario de la hoja yungueña.
Recientemente la Felcn decomisó 198 toneladas de cocaína y 5.500 toneladas de marihuana. Estos valores de un año y medio, después del informe oficial han aumentado, porque hay mayor presencia de narcotraficantes en Bolivia. A más sembradíos de coca, más producción de droga.
Lógicamente, si aumenta la drogadicción, crece la delincuencia, haciendo difícil su control y represión. La tecnología moderna facilita la fabricación de drogas y su desplazamiento a diferentes centros de consumo, entre ellos Europa.
Cuando la DEA estaba a cargo de la lucha antidroga, se contaba con presupuestos que cubrían los gastos por desplazamiento de la fuerza antidroga y dotación moderna para la ubicación de laboratorios y fábricas. La DEA tiene drones para localización de fábricas de drogas. La fuerza antidroga actual cumple su labor con sacrificio y necesita moderna infraestructura. El aumento del narcotráfico coloca a Bolivia entre los países productores de droga y como territorio de tránsito del narcotráfico en América del Sur, con efectos contrarios a las políticas de desarrollo que se pretende aplicar.
El autor es Profesor Emérito, Decano de Odontología UMSA.
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