La Paz extraña a la marraqueta

La ciudadanía paceña vio por última vez a la marraqueta el 18 de mayo, son aproximadamente tres semanas que la comuna paceña extraña a este pan de batalla, alimento característico, propio del departamento y muy requerido por las familias, por su sabor y características propias. Este producto ya no está siendo elaborado, señaló el sociólogo Juan Carlos Ramírez.

Expresó que las familias extrañan su pan tradicional, por el sabor y su sonido crujiente al momento de partirla o al masticarla.

Señaló que este fenómeno estaría provocando incertidumbre en las personas, ya que de un momento al otro se perdió este alimento básico de la mayoría de los cuídanos de la urbe paceña, un producto que según la historia nació durante la Guerra del Chaco, en 1932.

Indicó que este pan crujiente y sabroso, como es la marraqueta, es uno de los alimentos más tradicionales y simbólicos del departamento de La Paz. “En la década de los 80, cuando el contexto financiero de Bolivia estaba en decadencia, este alimento fue primordial para la alimentación diaria de las familias”.

En ese tiempo, dijo que este pan de batalla fue requerido por todos los sectores sociales, desde soldados que participaron de la Guerra del Chaco hasta las familias más acomodadas.

Por su parte la historiadora y periodista, Lupe Cajías, remarcó que el alimento tradicional del obrero y los sectores populares era la deliciosa marraqueta, acompañada con plátano y alguna soda.

Explicó que el origen del pan de batalla se atribuye a panaderos franceses y griegos. Además expresó que en los últimos años la marraqueta habría sufrido bastantes cambios en su forma, peso y precio.

PATRIMONIO

La marraqueta es un símbolo paceño. A pesar de que hay marraquetas en otros países, en La Paz tiene un sabor y frescor único e inigualable, porque este pan es infaltable en el desayuno y el almuerzo. Este alimento en 2006 fue declarado patrimonio cultural e histórico.

El chef Carlos Orihuela expuso que la falta de la marraqueta podría obligar a muchos hogares a aprender y preparar el alimento, para consumirlo, ya que los otros panes no tienen el mismo sabor ni fragancia.

Recordemos que el 14 de mayo el Gobierno levantó la subvención a la harina de trigo, insumo base para la elaboración del pan. Ante esta determinación los panificadores iniciaron medidas de presión y anunciaron que no elaborarían el pan de batalla y que no garantizaban que el precio se mantuviera en 40 centavos de boliviano.