Industria textil afectada por serios problemas

La industria manufacturera del país enfrenta serios problemas: según Fundempresa, 13.702 unidades empresariales hacen frente a dificultades de toda laya; así, en los últimos años, muchas han cerrado, especialmente en el sector textil, porque deben hacer frente a problemas gravísimos que les impide continuar operaciones, expandir actividades, mejorar instalaciones y producir más.

Hay factores contrarios a la industria manufacturera que van en crecimiento: la competencia desleal del contrabando; incremento de los costos laborales; altos costos de producción, transporte y de materia prima; devaluación de la moneda; falta de mercados, son algunos de los graves impedimentos para el desarrollo, para crear riqueza y generar empleo. A todo ello se agrega la aprobación del decreto 1.754 por el que se establece que “las empresas privadas en quiebra pueden pasar a manos de sus trabajadores con el fin de salvaguardar las fuentes laborales”.

Enatex es el caso más controvertido y que, con el apoyo gubernamental -en lugar de sufrir estatización- bien pudo solventar su economía y convertirse en empresa productiva con altos índices de utilidades que implicarían garantía laboral para los trabajadores, mejores ingresos y un aporte muy grande al desarrollo.

Son muchas las empresas que atraviesan por serios problemas; así, se nombra a Manaco, Intrabol, Punto Blanco y otras cuyo posible paso a la administración del gobierno o de los trabajadores, no implicaría solución a sus problemas que, automáticamente, pasarían del sector privado al estatal con el riesgo de agravarse seriamente. Si a todos los problemas se añade la devaluación de la moneda en varios países vecinos, que afecta la competitividad de la industria nacional, las dificultades adquieren mucha gravedad.

Una de las soluciones (por lo menos para el aspecto de encontrar mercado) es reabrir el Convenio con los Estados Unidos (ATPDEA), que hemos perdido por el indebido manejo de nuestras relaciones, y por la medida de suprimir un mercado seguro y que absorbía gran cantidad de la producción textilera del país. Es importante abrir mercados como los del Brasil, que podrían absorber mucha producción; por supuesto, habrá que ignorar mercados como el venezolano, que aún adeuda mucho dinero al país por importaciones que recibió desde Bolivia.

Es importante que el Gobierno adopte medidas coherentes con miras a reestructurar la industria manufacturera, especialmente textil, que se ha visto enfrentada a dificultades que, con medidas serias y precisas, pudo ser salvada. Prudentemente y dadas las experiencias sufridas, habrá que evitar medidas que estaticen o nacionalicen empresas que pueden ser fuentes seguras de empleo y producción y con muchas perspectivas de diversificar su economía.