Un puma no debe ni podrá nunca, ser una mascota

No todos los animales pueden ser convertidos en mascotas porque hay algunos cuyas características específicas jamás se adaptarán a nuestros hábitos humanos y al tenerlos con nosotros, se volvería imposible atender sus necesidades naturales.

Eso es lo que tenía que saber un señor que amaba mucho a los animales; tenía perros que había rescatado de casas donde los maltrataban, también gatas que había recogido porque las habían echado a la calle con todo y sus crías. Él no tenía familiares pero se sentía feliz en compañía de sus animales. Había un enorme patio donde andaban gallinas rodeadas por muchos pollitos, tenía loras, una iguana y un pavo real.

Un día las noticias informaron que un cazador había matado a 3 enormes ejemplares de puma en las montañas que hay a más de 300 km. de aquella ciudad. El señor se puso furioso por lo que hizo el cazador y pensó: “-La cacería es un asesinato sistemático que da como resultado, la extinción de muchas especies de animales. Si yo pudiera tener aquí alguno de esos pumas, conmigo estaría a salvo de ese asesino y por lo menos uno, se salvaría-”.

Al día siguiente mandó a buscar a algún campesino de los que viven en aquellas montañas y cuando llegó, le encargó que le llevara un cachorro de puma. El campesino se fue dispuesto a traer al cachorro de puma, porque él también consideraba un asesinato la cruel actividad que muchos llaman deporte de la cacería. Regresó el campesino después de 12 días, con un pequeño cachorro de puma color amarillo claro; el señor pagó lo que habían acordado y el pequeño felino fue instalado libre-mente en la parte trasera de la casa.

Todos los días llegaba un jovencito a trabajar, alimentando a los animales y ahora también cuidaba del puma, jugaba con él y lo bañaba de vez en cuando. Pero al cabo de 6 meses, el puma ya no permanecía en la parte trasera de la casa sino que se iba a perseguir a los pollitos y llegó a matar y a comerse a casi una docena de ellos. Por eso las gallinas armaban tremendo escándalo cuando lo veían acercarse.

Un día el jovencito que cuidaba a los animales anunció que tenía que acompa-ñar a su papá a otra ciudad, pero la ausencia del joven coincidía con una gira de trabajo que el señor tenía que realizar. Como el joven no iba a poder cuidar a los animales y él tampoco, pensó: “-A todos mis amigos animales les dejaré suficiente comida, pero para que no haya proble-mas, el puma quedará encerrado dentro de la casa y así no molestará a los pollitos-”.

Llegó el día en que debía viajar y antes de salir preparó un platón con 12 libras de carne molida cruda para que el puma comiera, y le dejó además, un balde lleno con agua. No se le ocurrió pensar que la carne cruda se iba a descomponer, así es que se despidió del felino, cerró bien la puerta y se fue a su viaje.

Cuando regresó a los 5 días, encontró al puma muerto junto al platón de carne engusanada y el tanque que tuvo agua, estaba volteado. Lo más seguro fue que la carne se descompuso y el puma, al sentir hambre no tuvo más opción que comerla y murió por la contaminación.

Moraleja: Debemos completar nuestro amor por los animales, con el conoci-miento de sus necesidades básicas, pues son éstas las que determinan si un animal puede o no puede ser una mascota.

Panamá.

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