La ebriedad del poder

“El maravilloso instrumento del poder”, decía Víctor Paz Estenssoro, estadista, sagacísimo y maestro ajedrecista que dio mate a la revolución que Carlos Montenegro, autor de “Nacionalismo y Coloniaje”, le dejó como legado. “Dile a Paz, que no se aparte del pueblo”, expresó Montenegro (1).

La Revolución Nacional de abril, triunfante y en armas podía haber gobernado durante 50 años y rectificar el curso del nacionalismo revolucionario. Pero la revolución dio bandazos con la mar embravecida por el descontento de la reelección de Paz Estenssoro en 1962-63.

La juventud radical del partido del MNR le pedimos que desista, pero Paz Estenssoro era terco, dictador; aunque años después reconoció que fue un error su reelección. Los resultados fueron sucesivos golpes de Estado y dictaduras militares, amén de la restauración barrientista. Los jóvenes de entonces nos frustramos y el nacionalismo se convirtió en variopinto.

La historia se sostiene, no se repite, pero hay paralelos muy cercanos, como el caso del actual gobernante Evo Morales Aima y su vicepresidente Álvaro García Linera que aleccionaba a los estudiantes “que sin Evo no conseguiríamos mar...” y que su permanencia en el poder, equivalía a una panacea para un mal centenario, como es el enclaustramiento marítimo.

Por los años 60, la Revolución Cultural de Mao fue un librito rojo con el “Gran Timonel” y por los años 30 Stalin, “padre de todas las rusias”, sometía a los soviéticos a una cruel dictadura… Los monumentos a los dioses de entonces y de ahora fueron construidos con el barro de la desmedida adulación de sus celestinos que, prosternados, los quisieron ver inmortales e irremplazables.

Sin embargo, la política tiene una dinámica que no deja de transformarse, hacerse cenizas y polvo, lo que hoy puede ser acero y carne. No hay nada estático, menos en la política boliviana, como sostenía el grande don Gabriel René Moreno, primer crítico nacional de nuestro altoperuanismo olañetista, traidor y artero.

Las declaraciones indudablemente tienen doble sentido: 1) preparar con tiempo las enmiendas a la Constitución. 2) catequizar al pueblo hablando del nuevo dios capaz de devolvernos el mar y perpetuarlo en el poder porque no hay rival posible, en el mismo MAS, menos en la oposición que anda de ciegas a tuertas.

¿Cómo nos democratizamos? Porfirio Diaz Machicao en su obra “Melgarejo” con una prosa incomparable nos ofrece este diagnóstico trágico, cual lección de la historia que no juzga, sino interpreta: “...Estamos en los umbrales de la Historia de Bolivia, junto a la vida de un pueblo forjado del espíritu de Europa y de las carnes indígenas de América, en la epilepsia de una democracia mestiza que ayer quebró el brazo de Sucre, negó a Bolívar el sueño de una confederación y que rompió el cáliz de oro en que bebió la sangre de su misma independencia. Estamos en medio de unos hombres que se democratizan con sables y cañón, con crímenes y deslealtad, con ingratitud y odio. Estamos delante de un paisaje bombardeado, en el cual el humo de la pólvora nubla las claridades de un sol. Un cicerone sensato nos muestra rotos los pergaminos de varias constituciones republicanas que no pudo deletrear la ignorancia ni pudo entender el rencor. Vemos las tumbas de los asesinados y fusilados y entramos en los jardines donde verdecen esplendorosamente los laureles de la canalla, sembrados con las rotas espadas...” (2).

¿Deseamos -empleamos el plural deliberadamente- adecuar una nueva constitución a nuestro antojo, cuando apenas comienza un nuevo ciclo de gobierno, “si el pueblo pide y quiere”? El pueblo, señores, no es, ni son los obsecuentes y serviles que viven con callos en las rodillas endiosando al barro y al polvo.

¿No tiene otras prioridades el verdadero pueblo? La salud, particularmente en Puerto Suárez, está sin un antidiabético; no hay un Terbocil fuerte para los viejos que sumamos aproximadamente mil; los niños de las escuelas no tienen desayuno escolar. Tenemos que mendigar, porque en nombre del presidente Evo Morales Aima desfalcaron cerca de diez millones, girándose cheques exfuncionarios de la Alcaldía. Pero el llamado Ministerio de Transparencia hasta la fecha no muestra ni a un detenido. Queremos dejarnos entender bien; fueron autores los ex candidatos del MAS, los que perdedores en las elecciones optaron por robar dinero del pueblo (3).

REFERENCIAS

(1) Este recado de Carlos Montenegro a Víctor Paz Estenssoro está registrado en la obra “Nacionalismo y Coloniaje”.

(2) Pág. 8, obra citada.

(3) Los ex presidentes de los anteriores comités cívicos, los ciudadanos Adolfo Rau Santander, Elmer Peña Inchauste, Jacinto Sánchez Dos Santos y Ricardo Vargas entregaron toda la documentación a la Ministra del ramo, sin que hasta ahora haya resultados.

Puerto Suárez - Santa Cruz, Bolivia.