Violencia por ocho años culmina con muerte de víctima

El fiscal de materia Harold Jarandilla confirmó el caso de maltrato a víctima de violencia, en la que muere una mujer en la localidad de Calamarca, pueblo de Totorani, que fue agredida por su concubino Sixto Cuti, quien se encuentra recluido en el penal de San Pedro, y es investigado por el supuesto delito de feminicidio.

De acuerdo al proceso de investigación, este pasado martes 16 del presente mes se realizó un proceso de necropsia al cadáver de una mujer de aproximadamente 28 años, logrando identificar como resultado lesiones anteriores en la región de la cabeza, así como en la parte del abdomen.

“Es por eso que se ha dispuesto la participación del radiólogo con la finalidad de identificar con exactitud las marcas en el cuerpo, se ha establecido que si bien la víctima no presentaba lesiones a nivel externo del cuerpo, pero a nivel interno presentaba laceraciones de data antigua en el cerebro y la parte del abdomen”, detalló el fiscal de feminicidio Harandilla.

RESULTADOS

E INDICIOS

Para el representante del Ministerio Público el resultado de los análisis dan cuenta que la mujer mantuvo silencio cerca de ocho años la violencia que vivió en su hogar junto con su agresor, con quien tuvo tres hijos, los cuales quedaron en la orfandad y ahora están a cargo de los tíos y parientes de la familia materna.

En un tiempo de ocho años de relación de matrimonio, el encausado es identificado como el posible responsable de la violencia generada a la madre de sus hijos, como consecuencia de constantes celos, que la víctima prefirió no denunciar desde el inicio y ocultar a su familia, hasta que terminó siendo internada en el hospital Boliviano Holandés, donde antes de fallecer escribe varias hojas manuscritas, sobre lo que llegó a soportar en su casa.

El fiscal Harandilla al conocer el extremo denunciado por el centro de salud, determina la investigación y el inicio del proceso de oficio en contra de Cuti, quien si bien fue detenido el mismo fue favorecido por medidas cautelares, porque no se encontró indicios de violencia en el cuerpo de manera externa, pero si a nivel cerebral, donde presentaba una hemorragia, pero que se desconocía las causas de la mismas.

Como consecuencia de estas hemorragias que fueron percibidas en la parte de la cabeza la víctima logra ser internada en el hospital Boliviano Holandés, donde llega a fallecer y de donde es sustraído el cuerpo por parte de los familiares y el propio encausado, con quienes se encontraban trasladando el cuerpo a la localidad de Calamarca.

“Es por eso que se dispuso el despliegue policial de un núcleo de efectivos con la finalidad de realizar el levantamiento legal del cadáver y definir la situación de la víctima como del posible responsable de violencia. Pero los familiares fueron encontrados enterrando a la víctima y en estado de ebriedad, razón por la que no permiten la actuación de los investigadores y pretenden agredir en primera instancia a los funcionarios policiales”, detalló Jarandilla.

VÍCTIMA DEJA

MANUSCRITOS

La victima logra escribir cuatro hojas de cuaderno manuscrito, cuando estaba internada, donde cuenta todos los hechos violentos generados por parte de Cuti, cartas que en la actualidad se convierten en pruebas del hecho de violencia.

Otra de las irregularidades que van contra Cuti se describen cuando es encontrado por inmediaciones del hospital Holandés, merodeando y cuando el mismo es identificado y consultado por el director departamental de la Felcv, a quien se le agredió razón por la que fue reducido, pero en un descuido busca envenenarse con órganos fosforados, sin embargo luego una intervención inmediata del personal médico logra salvar su vida.

El fiscal Jarandilla amplía la imputación en contra de Cuti, quien luego de la audiencia de medidas cautelares, recibe detención preventiva en el penal de San Pedro.

En la actualidad el proceso se mantiene en proceso de investigación preparatoria y queda pendiente la inspección ocular a ser efectuada en los próximos días a la conclusión del informe forense.