Clovis Velásquez Alquizaleth
Uno de los pasajes importantes que registra la historia de las telecomunicaciones es la primera huelga que tuvo lugar en la ciudad de Sucre el 19 de junio de 1920, durante el gobierno del Dr. José Gutiérrez Guerra, protagonizada por un grupo de dirigentes de los telegrafistas, que reclamaban el pago de sus sueldos, demorados en más de 6 meses.
Se sabe que no obstante la fuerte represión ejercitada, la huelga resultó un éxito, ya que como era el único servicio de comunicaciones, el país se encontraba incomunicado; por lo que el Gobierno tuvo que acceder a las justas demandas de los telegrafistas, representados en ese entonces por la Federación de Telegrafistas de Bolivia.
Como reconocimiento a este hecho histórico, en nuestro país se ha instituido el 19 de junio como el “Día del Telegrafista”.
Aun cuando la actividad de los telegrafistas en nuestros días es poco usual, todavía se recuerda en varios países el Día del Telegrafista.
Conviene recordar que el inventor de la telegrafía y su incomparable alfabeto fue Samuel Morse, de nacionalidad norteamericana.
En el libro de oro de la evolución de las comunicaciones en Bolivia, que lo presenté a consideración de los estimados lectores de nuestro país y del exterior el año 2002, recordábamos que Tomás Alva Edison fue telegrafista a los 15 años.
La habilidad también incursionó en este interesante campo, ya que en el siglo pasado se ha escrito canciones dedicadas al Telegrafista, en México y en nuestra querida Bolivia.
Por otra parte, se comenta que en varias ocasiones se realizaron “concursos de telegrafía a nivel internacional”, en los que se demostraba las habilidades particulares de velocidad de transmisión y recepción del alfabeto Morse.
El Día del Telegrafista es una conmemoración a nivel nacional en la que se recuerda y se hace un reconocimiento a la actividad que ha desempeñado ese sector profesional a lo largo de la historia.
No debemos olvidar que el telégrafo es el precursor de las telecomunicaciones y que hoy gracias a este invento se ha descubierto novedosas tecnologías que mediante el cable submarino, sistemas de microondas y sistemas satelitales, permiten a las empresas operadoras a nivel mundial ofrecer servicios actualizados de telefonía, Internet, radiodifusión, televisión, transmisión de datos, educación a distancia, educación de salud a distancia e integración internacional a través de las redes sociales.
En la Conferencia Mundial Aeronáutica que se realizó en Ginebra, Suiza, en 1978 -a la que tuve el privilegio de asistir como Representante de nuestro país-, era corriente escuchar cómo algunos aviadores y copilotos que asistieron a ese conclave internacional se comunicaban silbando algunas palabras en Morse.
Me siento muy orgulloso de ser hijo de un telegrafista de honor, don Epifanio Velásquez Sivila, quien en los años 20 fue protagonista de la primera huelga de los telegrafistas, y mucho más porque gracias a él fui radio operador-telegrafista a la edad de 12 años.
Conviene remarcar que antes de que se constituya Entel, los telegrafistas y radio operadores telegrafistas a nivel nacional eran verdaderas personalidades y que inclusive llegaron a ocupar importantes cargos en la administración pública, como: alcaldes, subprefectos, diputados nacionales; y en la actividad privada, varios de ellos llegaron a ser pilotos de aviación y empresarios de transporte aéreo.
No podemos concebir realmente el desarrollo de nuestro país sin considerar lo que significaron y siguen significando las telecomunicaciones.
Por eso y por mucho más, rindamos en esta noble fecha un fervoroso homenaje a los dignos telegrafistas, que aún nos acompañan y un merecido recuerdo de admiración a los que moran en el Oriente eterno.
Honor y gloria a los dignos telegrafistas.
El autor es ex becario de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
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