Es irritante que Chile no cumpla con las cláusulas del Tratado de 1904, perjudicando enormemente a Bolivia, ya que las pérdidas económicas son grandes y ese es el precio que tienen que pagar los bolivianos, al haber sido despojados de su salida al mar. A ello sumamos el exagerado costo de los fletes marítimos en puertos chilenos y un trato desconsiderado que llega al colmo de la paciencia. Pese a todo ello, miles de camiones bolivianos de transporte pesado van a los puertos de Arica, Antofagasta e Iquique, llevando mercadería de exportación y trayendo productos de importación.
Irónicamente, en una cláusula del Tratado de 1904 se especifica el libre tránsito para Bolivia, lo que no sucede actualmente, porque es dificultoso llegar a los puertos chilenos y esta situación tiene que ser denunciada, por el gran perjuicio económico que se causa a los exportadores nacionales. Numerosas ocasiones tuvo Bolivia para denunciar el Tratado de 1904, por incumplimiento, pero es muy importante haber presentado la demanda contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para conseguir una salida al océano Pacífico. Ahora la estrategia diplomática aconseja esperar prudentemente, para efectuar los alegatos de la segunda fase y hacer ver en ese tribunal la necesidad que tiene Bolivia de tener acceso al mar y las dificultades que tenemos por haber quedado encerrados entre montañas debido a un injusto enclaustramiento.
Por estas condiciones negativas para nuestro comercio exterior, se plantea desviar la carga boliviana de Arica, Antofagasta e Iquique a puertos peruanos, como Ilo, Mollendo y Matarani. Pero, infelizmente, ahora se percibe que entre Bolivia y Perú hay un distanciamiento notorio, de tipo político, que entraba la relación de ambos países.
No obstante, después de más de 100 años, la política exterior boliviana ha logrado un gran avance, después de varios diálogos entre diferentes gobiernos, tanto chilenos como bolivianos, con la decisión unánime de presentar la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, y con la determinación acertada de manejar el problema como política de Estado. Por primera vez en muchos años, Chile se ve acorralado en el campo diplomático y con posibilidades ciertas de perder en el litigio, lo que sería un desastre para su política conservadora, mantenida durante muchos años.
Actualmente, la demanda boliviana está en un período de espera en La Haya, para saber si el tribunal se declara competente o no para tratar el diferendo chileno-boliviano con respecto al problema marítimo. Si la CIJ se declarara con competencia, Bolivia habrá conseguido un triunfo diplomático después de muchos años, ante la política conservadora chilena, que no quiere darnos una salida al mar. En una segunda fase, el tribunal internacional podría pedir que bajo su tuición se inicie conversaciones a fin de que Bolivia tenga acceso al Pacífico con soberanía.
La opinión pública boliviana está consciente de que la pérdida de su litoral marítimo fue un grande retroceso para su deseo de progreso y este enclaustramiento injusto debe terminar, porque la injusticia está, como un enclave, dentro de América del Sur provocando resentimientos, que duran a través del tiempo. Por todo lo mencionado es necesaria una reparación, acorde con la justa demanda de Bolivia.
El autor es Profesor Emérito y ex Decano de Odontología UMSA.
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