Jesús Dayler Zurita Saavedra
Los padres de familia de escolares que aceptan su traslado en buses, generalmente no se percatan de la seguridad vial que deba tener este tipo de transporte, factor que en algunas ocasiones han generado una serie de riesgos y hasta la pérdida de vida en algunos casos, cuando menores sacaron la cabeza por la ventanilla.
En la ciudad de La Paz hay alrededor de 700 buses escolares que si bien están registrados tanto en la policía como en el gobierno municipal, dicho registro no es suficiente, incluyendo las tarjetas de identificación o de operaciones, porque en muchos casos los buses no responden al protocolo del transporte automotriz escolar (TAE).
El proyecto TAE consiste en normas de conducta no sólo para el chofer, quien está a cargo de la conducción del vehículo, quien no debe fumar dentro del bus, no hablar por celular, tener un límite de velocidad de 30 Km por hora en avenidas y el bus no debe ser utilizado como transporte público, al ser condicionado sólo para transporte escolar, utilizando cada uno de ellos un cinturón de seguridad en cada asiento, cámara de seguridad y otros.
El transporte escolar debe incluir una persona “acompañante”, que vele por el orden y la seguridad de los escolares dentro del bus, para recoger de la puerta de sus domicilios y dejar en puertas o al interior del establecimiento a los encargados de su recepción, según la nómina facilitada por el colegio. En el retorno, el o la acompañante debe verificar la entrega del menor a sus padres o a un familiar autorizado mayor de edad que aguarde en la puerta de su vivienda.
Los alumnos deben ocupar sus asientos y colocarse el cinturón de seguridad, antes de que el vehículo inicie la marcha; asegúrese de que el material escolar (mochilas, carpetas y otros) se coloque en lugares adecuados y no genere riesgo para el alumnado en el recorrido; evitar conductas violentas, irrespetuosas o que generen inseguridad (como desplazarse dentro del bus, sacar la cabeza o parte del cuerpo por las ventanas). Las ventanas para abrirse en este tipo de vehículos deben deslizarse de forma vertical (y sólo entre 10 y 20 cm.) con el propósito de evitar riesgo a los menores usuarios.
Ante la eventualidad de presentarse problemas mecánicos, de funcionamiento del bus o convulsiones sociales, los ocupantes deben permanecer en el interior del vehículo, salvo la gravedad del hecho, y el acontecimiento debe ser inmediatamente comunicado a la dirección del colegio o al coordinador de transporte, para ser auxiliados prontamente; el conductor deberá verificar el estado del bus y la acompañante proteger la seguridad de los alumnos exclusivamente.
Además cada bus debería presentar, entre otras, las siguientes características: Estar visiblemente identificado con un color amarillo, con amplios letreros de transporte escolar de color negro, tanto en la parte delantera posterior y laterales, para que otros usuarios de la vía identifiquen al bus y le den preferencia en la circulación, al tratarse de menores en edad escolar.
Estar equipados con luces intermitentes de accionar automático en el momento que se abra cualquiera de sus puertas, tener salidas de emergencia; fuera de que el motorizado pueda circular, cuando tenga los registros de inspección vehicular, seguro contra accidentes de tránsito (SOAT) y realizar sus controles técnicos mecánicos permanentemente.
La seguridad y protección de niños y niñas escolares es una tarea de todos y comienza desde el hogar, donde se debe inculcar valores morales, de trato social y roles al interior de la sociedad. Asimismo los centros escolares deben enriquecer y fortalecer valores y nuevos conocimientos de los escolares, donde se inculque normas de educación vial para un adecuado comportamiento en la vía pública.
Mientras que el rol de las autoridades de seguridad es proteger a todos los ciudadanos, principalmente a los más vulnerables, como en este caso, se debe aplicar un trabajo eficiente que genere seguridad a los educandos, apoyados por la comunidad estudiantil en general. En caso contrario, en las actuales condiciones en las que se transporta a los menores escolares, se pone en riesgo la vida e integridad de los grupos más frágiles en materia de transporte, quienes deben ser protegidos y no sólo transportados como si fueran pasajeros adultos. Padres de familia, empresarios del ramo y conductores (TAE) deben permanentemente fortalecer sus conocimientos, aptitudes y pericias conductivas asistiendo a los cursos de capacitación que brinda la escuela de conductores de la Dirección departamental de Tránsito u otros centros de capacitación para conductores.
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