Otros de los lugares más representativos para la celebración del Willkakuti fueron las ruinas arqueológicas de Tiwanaku, en La Paz, y el fuerte de Samaipata en Santa Cruz.
Los actos de bienvenida al nuevo ciclo solar se repitieron en unos 80 enclaves de todo el país. Música, danzas autóctonas y ceremonias se sucedieron en esos emplazamientos, en los que indígenas aymaras, quechuas y guaraníes, las tres etnias más representadas en Bolivia recibieron los primeros rayos del sol y con ellos el inicio de un nuevo ciclo en la cultura agrícola.
La celebración del año nuevo andino amazónico coincide con el solsticio de invierno austral, cuando en el hemisferio sur tienen lugar el día más corto y la noche más larga.
Mientras los indígenas del altiplano rinden en esta fecha culto al sol, los de las tierras bajas del oriente y la amazonía centran su atención en el planeta Venus.