El problema presupuestario para salud es de vieja data; prácticamente, ningún Gobierno ha reconocido que la salud y la educación deben ocupar sitiales preferentes en la asignación de recursos; pero, casi siempre, lo que ha contado son las partidas destinadas especialmente a Defensa y Ministerio de Gobierno o Interior. Ahora, hay una discusión sobre los porcentajes del presupuesto para salud; pero, así se atenga la colectividad a lo señalado por el Gobierno que es el 11.5% o lo que más se acerca a la realidad: el 6.8%, la conclusión es que, de todos modos, resulta insuficiente cualquiera de dichos porcentajes.
La salud es básica para el desarrollo del ser humano; es prioritaria su atención en cualquier país del mundo -inclusive en aquellos integrantes del Cuarto y Tercer Mundo-; pero en Bolivia le damos poca importancia a rubro tan necesario de ser atendido preferentemente. Se dice que “hemos avanzado, en los últimos quince años, en la construcción de postas sanitarias, hospitales y equipamientos”; pero un aspecto es la construcción de infraestructura y otra, muy diferente, la poca o ninguna disponibilidad para ampliar instalaciones, por ejemplo del Hospital de Clínicas de La Paz, cuyos pacientes tienen que dormir en pasillos esperando “turnos para ser atendidos por médicos”; un hospital que tiene una infraestructura precaria y escasa que no alcanza para la cantidad de enfermos que acuden en demanda de atención.
Hospitales en el país -muchos de ellos datan de los siglos XIX y XX- funcionan con muchas limitaciones y falta de equipamiento o, por lo menos, equipos modernos que permitan una atención más eficiente a los pacientes. Las Cajas de Salud, empezando por la Caja Nacional, no prestan los debidos servicios a sus pacientes o, si lo hacen es luego de formar largas filas para recabar “fichas” y, después, para ser atendidos por el médico que, a su vez, los deriva a especialistas, por lo que también deben formar colas y esperar que se les fije una fecha hasta la cual tranquilamente se puede agravar su mal y hasta morir.
No hay utensilios y menos material quirúrgico necesario; no existen hospitales que atiendan especializados en cáncer, salvo en Santa Cruz, y los pacientes quedan librados a cualquier tratamiento, generalmente particular, que es caro. No hay equipos para tratar el cáncer y los pocos que hay son deficientes; los casos de quimioterapia y radioterapia son precarios. Gobernaciones y alcaldías cuentan con presupuestos, pero al no entender los problemas de la salud, hospitales y clínicas especialmente, todo se improvisa y en casos, se malgasta el dinero.
Los presupuestos de salud son exiguos y no alcanzan. Lo ideal sería restar dinero a los ministerios de Gobierno y Defensa y destinarlos a la atención de salud, que es prioritaria para la vida de la población; lo demás, es decir barajar cifras y porcentajes, es simple demagogia que no sirve para atender problema tan candente.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |