Todo muestra que el manejo de la economía nacional no siempre es ciencia que pueda entenderla y manejarla el Gobierno porque, está visto, asienta todo lo que hace en las políticas de prestarse dinero para todo y así lo demuestra el hecho de la contratación de los “bonos soberanos” con altos intereses, y el nuevo anuncio de que habrá un préstamo de 1.500 millones de dólares, dizque, “para garantizar la ejecución del Plan Quinquenal 2015-2020 y de los Programas y proyectos de la Agenda Patriótica 2025 que busca erradicar la extrema pobreza”.
Mucho, muchísimo se ha dicho siempre sobre planes que sirvan para erradicar la extrema pobreza; pero, en los hechos se ha demostrado que es insuficiente lo que se hizo al respecto.
La deuda externa llegó, a diciembre de 2014, a 5.736 millones de dólares y, ahora, con la nueva contratación de 1.500 millones de dólares, llegará a 7.236 millones de dólares; esto implica que cada boliviano llevará como carga que deberá pagar el monto de más de 700 dólares. Para las autoridades económicas no es problema porque, dicen: “Tenemos capacidad para endeudarnos, es como cuando uno hace su casita o su emprendimiento, si no le alcanza la plata, necesita sacar préstamos, así también el país necesita prestarse pero a una tasa de interés que se pueda pagar y con una capacidad de pago que podamos garantizar”.
Las explicaciones abundan, pero a nadie convencen, porque si hay necesidad de prestarse es porque no se supo administrar debidamente lo que se tenía o, como ha ocurrido muchas veces, se ha gastado dinero dispendiosamente en lo que el país no necesitaba o se gastó también en barcazas chinas o creación de empresas que no han rendido frutos. La verdad es que endeudarse resulta muy fácil y no siempre con bajos intereses y, como muestra está el caso de los bonos soberanos que, a diciembre del año 2013 ya se pagó 25 millones de dólares por concepto de intereses. ¿Cuánto se podría decir sobre otras partidas que el país se prestó?
El país se ve envuelto en deudas que forzosamente debe pagar el pueblo y no son los responsables de cada gobierno los que hacen frente a esas obligaciones que, en casos, deberían traducirse en resultados muy positivos del dinero que se invierte y que es producto de préstamos. Si hubiese réditos muy buenos, tal vez podría justificarse tanta deuda, pero no es así y el país se ve hipotecado. Si tenemos en cuenta que la deuda interna también es muy alta, querría decir que ambas deudas, interna y externa, más o menos llegan al monto de las reservas que se tiene. El problema habría que pensarlo, pero con responsabilidad.
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