EL DIARIO (Especial Clovis Díaz de Oropeza F).- En pasadas notas de investigación difundidas en EL DIARIO abordó bajo mi autoría, temas precolombinos, con los siguientes títulos: Tiwanaku, cuna del Imperio incaico, Absolutismo en el incanato, El mundo andino antes de Colón, El Castigo en el Imperio Inca y, hoy Maravillas del incario.
Estas publicaciones, fruto de rigurosa investigación en libros nacionales y extranjeros, así como en el estudio de eruditos, arqueólogos e historiadores de la talla de Inca Garcilaso de la Vega, Guamán Poma, Carlos Ponce Sanjinés, Dick Ibarra Graso, Roy Querejazu Lewis,Federico Diez de Medina, Teresa Gisbert y otros célebres por su dedicada labor tratan del incanato, como producto socia; sus grandes falencias y sus elevadas virtudes a las cuales pertenece la nota Maravillas del incario.
MARAVILLAS
El incanato tuvo, entre otras maravillas que aún, en este Siglo Veintiuno sorprenden: Un sistema socioeconómico basado en una distribución razonable de la producción agropecuaria, cuya base social, ayllus, comunidades, pueblos sometidos al sistema, tributaba a la pirámide de mando inca.
Estudiosos de Europa en los siglos Diecinueve y Veinte creyeron percibir en aquel sistema de asociaciones comunales, vestigios de un modelo socialista-comunista y tal vez, influidos por los descubrimientos de varias culturas precolombinas entre México y Los Andes que comprenden Perú y Bolivia, tomaron aquel sistema como ideal.
Obras de connotados sociólogos e historiadores, así como descubrimientos arqueológicos de la Civilización Maya, de Machupichu y el renacer arqueológico de templetes subterráneos y la difusión de la colosal obra precolombina denominada “La Puerta del Sol”, en Tiwanaku, a kilómetros de la ciudad de La Paz, Bolivia, compitieron con sus teorías para señalar que, en efecto, el incanato fue históricamente una etapa solidaria y comunal.
MODO ASIÁTICO
En la década de los años 80 del pasado siglo, estaba en boga el “modo de producción asiático”, una concepción de tinte materialista que a la letra dice: “El ejemplo más interesante y mejor conocido del modo de producción asiático en la América Precolombina, está constituido por el Imperio Inca o Tawantinsuyo (es decir, las cuatro provincias unidas), establecido hacia el Siglo XI en una estrecha faja costera del Pacífico, que correspondía al Ecuador, Perú y Chile de hoy, pero comprendiendo también partes más o menos vastas de Bolivia y de la Argentina actuales. La célula social primitiva del Imperio Inca era el ayllu, formado por varias familias que se supone descendían de un ancestro común”.
Las prestaciones a las que los campesinos estaban obligados, presentaban todas las características de la “esclavitud generalizada”, afirmó el autor de esta tesis, Sirio de Santis.
PANACAS
Sin embargo, cuando los ejércitos españoles invadieron el territorio Inca y llegaron hasta su capital Cusco, existía ya una clase dominante a cuya cabeza figura el Inca, la familia real, las “panacas” (clanes familiares) y otros grupos privilegiados que a título de “orejones” dominaban la amplia base social integrada por pueblos propios y asimilados después de las correrías de conquista del supremo Inca.
En ese entendido, el sistema del incanato conocía una cierta cualidad de propiedad privada y el desarrollo de clases sociales menores y estaba oficializado un grado de “servidumbre” tal cual lo reflejó Inca Garcilazo de la Vega, en sus “Comentarios reales de los incas”.
Garcilazo afirma: “Capítulo tres: los criados de la casa real y los que traían las andas del Rey. Los criados para el servicio de la casa real, como barrenderos, aguadores, leñadores, cocineros para la mesa de estado, botilleres, porteros, guardarropa y guardajoya, jardineros, caseros y todos los demás oficios personales que hay en las casas de los Reyes y Emperadores, en la de estos incas no eran personas particulares los que servían en estos ministerios, sino que para cada oficio había un pueblo o dos o tres, señalados conforme al oficio…”. Agrega: “Esto se usaba entre los ricos, que los pobres, que era la gente común, en toda cosa tenía escasez pero no necesidad”.
OTROS TEMAS
Con motivo del quinto centenario de la incursión europea a nuestra América, Biblioteca Hiberoamericana, Anaya, publicó una serie de libros conmemorativos, entre ellos uno de especial interés: “Contribuciones iberoamericanas al mundo Botánica, Medicina, Agricultura” de Miguel Angel Martínez.
“El cereal más importante de América, es el maíz…apare de los platos que se preparan con esta planta, hacen de ella una de las especies más útiles a la Humanidad”. Otra planta que contribuye bastante a las dietas de varios pueblos, es la papa…La yuca es ampliamente cultivada… El camote, es otra de las plantas de amplia difusión por todo el mundo”.
Prosigue: “De la quinua, importante pseudocereal rico en carbohidratos y proteínas…Los amarantos…Entre las plantas productoras de proteínas vegetales que ahora se cultivan en varias partes del mundo (originarias de América Latina), están las calabazas…Los frijoles, otro de los cultivos ampliamente difundidos en diversas partes del mundo….El cacahuate o maní, es otra de las plantas sudamericanas con alto contenido de proteínas y aceites comestibles, se popularizó desde la época colonial en otras colonias españolas y en Europa”.
Continúa Miguel Ángel Martínez: “El aguacate palta, cuya pulpa es rica en aceites…. Del Girasol se extrae un excelente aceite comestible…La malanga (en Bolivia ‘papa walusa’),Oca…Una de las frutas más difundidas por el mundo es el tomate o jitomate, planta de origen sudamericano. Hacia el año 1600 ya estaba ampliamente distribuida en Europa y de allí desde Europa se difunde a Oceanía y Asia…La chirimoya, la guayaba, la papaya, la piña, mameys, níspero e infinidad de colorantes vegetales”.
Agrega: “Entre saborizantes, la albahaca, zarzaparrillas, pimienta gorda. El chili, ají, pimiento o pimienta de indias, fue una de las primeras especies que recibieron los Reyes Católicos: en 1493, Colón les entregó muestras junto con algodón y aromas. En 1548 ya se cultivaba en Inglaterra y hacia 1585, en Moravia, aunque en 1526 ya estaba en Hungría. La importancia de las substancias saborizantes en el mundo actual, está muy bien representada por la vainilla y ahora se cultiva en varias islas del océano Indico, Uganda, Tahití, Java. El laurel serrano, para aromatizar comidas y bebidas. El cacao, que rápidamente alcanzó popularidad en Europa. El cacao se introdujo en Europa en 1526. El mate, guaraná…Una de las plantas estimulantes que más importancia tiene en el mundo, es el tabaco”.
A manera de conclusión, el incanato tuvo gran desarrollo en su tiempo, debido a su organización y al conocimiento de técnicas que nos sorprenden cuando vemos, por ejemplo, la inmensidad de sus construcciones y de sus viaductos.
Aún en nuestros días, en el área del altiplano boliviano, grupos indígenas conservan en su memoria oral, parte de aquellos tiempos en que el Incanato gobernaba los cuatro suyos. (Clovis Díaz de Oropeza F.) (clovisdiazf@gmail.com).
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