Tres exámenes de laboratorio revelan vacíos en la investigación que la Fiscalía tiene sobre los 90 minutos que demoró en llegar la ambulancia que trasladó al bebé Óscar Alexander, desde el Hospital del Niño al Juan XXIII, la mañana del 13 de noviembre. Según la Red de Ambulancias 165, el recorrido para esta ruta, solo dura 15 minutos.
Por otro lado, a siete meses del hecho, se conoce que la Fiscalía está conminada a presentar hoy la acusación formal. Su hipótesis señala que el menor fue víctima de abuso en el hogar Virgen de Fátima, del que fue llevado a emergencias del Hospital del Niño, donde niegan de forma tajante que haya existido sangrado. Dos horas más tarde, se denuncia hemorragia severa en el Hospital Juan XXIII.
Los análisis de sangre, efectuados en ambos hospitales, sumadas al tiempo que la ambulancia demoró, podrían ser fundamentales para explicar las causas del cuadro de hemorragia detectada en la región anal del bebé Alexander; sin embargo, el dato y otras irregularidades conocidas por el fiscal general, Ramiro Guerrero, son ignorados.
Producto de estas irregularidades, Jhiery F.S., el médico imputado, contra quien no existen pruebas materiales, se niega a ser sometido a nuevas pruebas genéticas, por el temor de que estas sean usadas para incriminarlo, ya que los exámenes biológicos y de ADN, que el IDIF tomó entre el 14 y 15 de noviembre y cuyos resultados entregaron el 15 de diciembre de 2014, lo descartan como el posible autor del hecho.