Exámenes de laboratorio revelan vacíos en investigación de Fiscalía
• Los 90 minutos que tardó la ambulancia, desde el Hospital del Niño al Juan XXIII, el 13 de noviembre, podrían explicar las causas del sangrado detectado en el bebé Alexander
El tiempo que demoró la ambulancia en trasladar al bebé Óscar Alexander, la mañana del 13 de noviembre de 2014, desde el Hospital del Niño, en la zona Miraflores, hasta el Juan XXIII, en Munaypata, influyó y puede ser determinante para establecer las causas del sangrado detectado en la región anal, como lo revelan los resultados de los exámenes de laboratorio practicados en las primeras horas de ese día. Sin embargo, el sangrado profuso fue certificado como violación por la forense Ángela Mora, cuestionada por los errores apuntados en su informe, como coincidieron en señalar los abogados de las personas imputadas en este caso.
El cruzamiento de datos que corrobora declaraciones de tres de los cinco tripulantes de la ambulancia que efectuó el traslado, realizado por EL DIARIO, arrojan elementos que platean la existencia de una versión diferente que se empeña en sostener la Fiscalía, en torno a las causas de la muerte del bebé de ocho meses.
La hipótesis del Ministerio Publico señala que el menor sufrió una violación en el hogar Virgen de Fátima, en la zona de Obrajes, luego fue traslado de emergencia al Hospital del Niño, donde niegan haber visto señales de sangrado, pero una hora más tarde se detecta una hemorragia severa en el Hospital del Niño.
Según el extracto de datos obtenidos, de copias legales, del cuaderno de investigaciones, los testimonios de los implicados e informes policiales a los que accedió EL DIARIO, en los primeros 15 días de investigación, la primera comisión de fiscales ya había considerado la probabilidad de descartar la hipótesis de la violación, pero una llamada y la presentación de una imputación asesorada desde la Fiscalía General del Estado cambiaron el rumbo del caso, hasta el punto en el que hoy se hallan.
CONMINATORIA
Por si el panorama ya es complicado para la resquebrajada comisión de fiscales, de la cual sólo subsisten Susana Boyan y Edwin Blanco, hoy deben presentar la acusación formal, luego de que el juez Enrique Morales, que atiende el caso, emitiera la conminatoria debido a que se cumplieron los seis meses de la etapa de investigación.
AMBULACIA
En este contexto, la reserva judicial declarada dificultó la cobertura de los medios de comunicación, pero al trascurrir de los meses, la acumulación de datos en la investigación de EL DIARIO lograron acceder a informes y testimonios de primera mano.
En uno de ellos se establece que un reporte policial preliminar, con base en las grabaciones de las cámaras de seguridad de ambos hospitales, se precisa los tiempos en los que el menor es ingresado a la sala de Emergencia.
Los registros y declaraciones puntualizan nombres, cargo y responsabilidad de todo el personal que atendió al menor mientras se encontraba a su cargo.
Es así, que se constata que Lola R.O., enfermera del Hogar Virgen de Fátima (HVF), llega con el menor a la sala de Emergencias del Hospital del Niño (HN) a las 06.28. El menor es recibido por el médico de turno, José Luis D.A., quien registra que el menor presentaba un paro cardorespiratorio a raíz de una broncoaspiración producida por el suministro de leche sin supervisión, procediendo a la reanimación.
En la atención del menor participan Sandra Daniela M. C. y el interno pasante de medicina, Darío R. T., la enfermera, Martha T., y la practicante de enfermería de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), Natti Ch. B. (sentenciada que ya cuenta con libertad).
El acto médico, en total, dura 93 minutos. Durante este se efectúa la valoración física para registro del examen físico firmado por el doctor José Luis D. A.
TRASLADO
El procedimiento de reanimación, como tal, dura 20 minutos, en el cual se logra la reanimación del latido cardíaco y la estabilización de los signos vitales.
Ante la falta de unidades de terapia intensiva con ventilador mecánico, José Luis D. A., vía telefónica, gestiona, el traslado de Alexander al hospital de zona de Munaypata, al oeste de la ciudad, Juan XXIII; el dato es anotado a las 07.40 en la hoja de evolución.
En la parte textual del informe, se lee: “Paciente requiere terapia intensiva, se consigue espacio en el Hospital Juan XXIII. Paciente muy grave y alto riesgo de muerte. Se transfiere intubado, vía venosa, y gasometría. Se envía catéter venoso central, mientras mantienen con ventilación a presión positiva”.
La ambulancia, parte del HN a las 08.07. Abordo, junto al menor, viajan la enfermera del HVF, Lola R.O. que no cumple ninguna función, pero como responsable del menor, acompaña en el traslado. Quienes sí realizaron acciones de cuidado con el menor son la internista, Sandra Daniela M. C. y Darío R. T. y en la parte delantera viajan el chofer y el camillero.
90 MINUTOS de tardanza
Según el diagnóstico anotado por el médico, José Luis D. A., sobre el delicado estado de salud de Alexander y la urgencia para su internación en la Unidad de Terapia Intensiva para mantener la respiración artificial, el tiempo era un elemento primordial. Pero el tiempo que la ambulancia demoró fue de 90 minutos.
En un sondeo hecho con los conductores de diferentes centros médicos y la Red de Ambulancias 165, la ambulancia sin encender la sirena, “exagerando”, tarda entre 20 a 25 minutos, mientras que con las luces de emergencia encendidas y dependiendo del tráfico, el recorrido no excede los 15 minutos por una ruta cercana a la ruta troncal, que en su mayor desviación toma calles paralelas a la avenida Armentia.
Lola R. O., Sandra Daniela M. C. y Darío R. T. en su declaraciones, de forma uniforme, señalan que no les llamó la atención los más de 75 minutos que se demoraron en el viaje y de forma uniforme describen que la ambulancia desvió su ruta por la avenida Periférica y se conectó a la ruta tomando la avenida Perú, por las calle Independencia bajando por donde antes funcionaba la fábrica Estatex.
La médico internista Sandra Daniela M.C. declaró que era ella la responsable de efectuar la respiración artificial, mediante un instrumento denominado ambu, que a modo de bomba de aire suministraba aire a los pulmones del menor, acción que no debía parar bajo ninguna circunstancia, pero que en determinados momentos, fue relevada por el practicante Darío R.T. con el fin de verificar los signos vitales de Alexander.
Existen al menos tres datos distintos sobre el tiempo que la ambulancia demora para llegar al Juan XXIII, el mayor es de dos horas y el menor de 45 minutos, ninguno ha sido esclarecido por la investigación del fiscal, a pesar de haberse efectuado la reconstrucción de los hechos en la que, al parecer, esta acción, es suprimida debido a la premura del tiempo y una serie de elementos como el malestar físico de abogado, el agotamiento físico de los imputados y la presión mediática que en ese momento mantenía la expectativa.
Sin embargo, el dato más preciso es de los 90 minutos, por estar basados en los tiempos de las cámaras de seguridad, siendo que la ambulancia arriba al Juan XXIII a las 09.37.
AUDIOS
En declaraciones ampliatorias de la enfermera Lola R.O. hechas el 19 de noviembre, al día siguiente de la reconstrucción de los hechos, se hallan descritas la utilización de una sonda rectal.
En una grabación que fue presentada como prueba ante el juez se señala que esta está declaración se debió a la manipulación que el fiscal Edwin Blanco efectuó con la enfermera a quien la Fiscalía, posterior a declaración la ampliatoria, le concede medidas sustitutivas, constituyéndose en testigo clave del proceso.
Existen tres audios, en ella, la enfermera del HVF, apunta responsabilidades sobre la médico internista y el practicante. De este último, afirma que observó manchas de sangre en los dedos de una de sus manos en el viaje que duró 90 minutos.
El audio, donde se afirma que el fiscal Blanco le pide, como un favor, a la enfermera que cambie su declaración, fue rechazado como prueba, por el mismo fiscal durante una audiencia, “ahí no hay nada”, habría afirmado Blanco, a pesar de que en el audio señalan una serie de detalles que de forma selectiva no han sido tomados en cuenta por el fiscal y su colega Boyan.
EXÁMENES
El dato más relevante de la investigación, hasta el momento, se refiere a los exámenes de laboratorio efectuados a Alexander en los dos hospitales.
De acuerdo con un informe elaborado por un consultor técnico, se establece de forma categórica, que mientras el bebé fue atendido en la en el HD no presentó expulsión de sangre por región anal.
También, que la gasometría practicada en el HD, cerca de las 07.40 no mostró anemia, siendo relevante el hecho de que la muestra de sangre fue tomada luego del procedimiento de reanimación, se descarta que el bebé hubiera sido víctima de una hemorragia antes de salir del HVF, como sostiene el Ministerio Público.
Por otro lado, el hemograma realizado en el Juan XXIII, a las 10.30 (una hora después de su internación y 45 minutos después del supuesto hallazgo de signos de violación), revela que el Alexander presentaba “anemia moderada, con valores dentro de lo aceptable”.
Pero la gasometría hecha a las 11.18 en Juan XXIII, “muestra una descompensación severa con anemia severa”.
Lo que demuestra que la descompensación hemodinámica (de la acción de la sangre) se manifestó en el Hospital Juan XXIII, al igual que la expulsión de sangre por la región anal.
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