Miscelanea

La cortesía

Se ha dicho que nadie osó jamás darle palmaditas en la espalda a Washing-ton y mucho menos llamarle por su primer nombre de “George”, familiarmente. Sin embargo, en cierta ocasión, el gran esta-dista se quitó el sombrero y se inclinó ceremoniosamente ante un viejo esclavo que lo había saludado con gran respeto, y que le dijo” “Buenos días general Washington”.

El general Lafayette, que acompañaba a Washington, le interrogó sorprendido, cómo se había inclinado versallescamente ante un negro esclavo. La respuesta fue simple:

–No podía permitir en modo alguno que él fuese más educado y caballeroso que yo. . .

Entre los más fuertes

El monarca más forzudo de todos los tiempos fue Maximiliano I, desde su humilde origen de pastor llegó a ser emperador de Roma. La historia no men-ciona cuánto pesaba, pero sí que tenía cerca de dos metros y medio de estatura. De sus proporciones puede juzgarse sabiendo que las pulseras de su mujer le servían de sortijas y que los alimentos que consumía diariamente pesaban cuarenta libras. Este monarca de origen Tracio, comenzó su carrera como simple soldado, al entrar en el ejército romano después de haber vencido a dieciséis de los luchadores más fuertes de las legio-nes de Septimio Severo.

Un chorizo kilométrico

El chorizo más largo del que se tiene noticia fue preparado, paseado y co-mido en la ciudad alemana de Koenigs-berg, durante las fiestas celebradas a fines del año 1601. Según las crónicas de la época, el embutido al que se denominó “Kolosal” pesaba 885 libras y su longitud era de casi un kilómetro. Lo llevaron a través de las calles de la ciudad 103 miembros de la Corporación de Carnice-ros y con todos las precauciones requeri-das. Al final del festival sirvió para satisfa-cer el apetito de 2.000 personas.

Un día como hoy: Premio a Jaime Laredo

Un de 30 de junio de 1959, Jaime Lare-do, el virtuoso del violín, nacido en Cochabamba, ganó el primer premio en el Concurso internacional de Violín realizado en Bruselas, bajo los auspicios de la reina Madre Isabel de Bélgica. El segundo premio lo ganó el soviético Albert Markov, y el tercer premio el norteamericano Joseph Silvertein.

Este galardón llevó a nuestro compa-triota al pináculo de la fama, lo situó entre los más grandes violinistas del mundo. Fue también un triunfo para Bolivia en el campo de la música, sus ejecutores y artistas, entre comentarios y elogios por el éxito alcanzado por Laredo, le dedicaron homenajes de admiración y cariño. En mérito a este genio de la música interpre-tativa el Teatro al Aire Libre de la ciudad de La Paz, lleva su nombre.