“El TSE debe ser independiente y confiable”

Katia Uriona, comunicadora social y activista por los derechos de la mujer, se postula como vocal al Tribunal Supremo Electoral. Entre sus planes están: trabajar porque esta entidad sea otra vez independiente, confiable e incluya de forma efectiva el rol de la mujer en política. EL DIARIO conversó con ella.

El Diario (ED) ¿Por qué decidió postularse al TSE?

Katia Uriona (KU) Porque dentro el Tribunal Supremo Electoral, las mujeres podemos aportar no sólo con una presencia numérica sino poner en el debate y garantizar una discusión incluyente de la democracia hacia las mujeres y hacia su agenda de equivalencia para que permita discutir también en la sociedad la participación en condiciones de igualdad.

Esta construcción de igualdad tiene que ver con discutir sobre la democracia en el ámbito público, las organizaciones sociales, los partidos políticos y también en el ámbito privado partiendo desde la base que es el hogar.

ED. ¿Cómo piensa que debe ser el trabajo de una vocal dentro el TSE?

KU. Considero que la participación de las mujeres es prioritaria para la ampliación de la democracia en todos los espacios de decisión y las mujeres también deben ser portadoras de una agenda que aporte esos espacios no sólo en la acción institucional sino también para generar mecanismos en las instituciones para transformar esta práctica tradicional de incluir a las mujeres bajo ciertas condiciones o estructuras aún patriarcales o machistas.

Dentro de las instituciones tenemos que transformar y construir la igualdad, la participación, el respeto de los derechos de las mujeres y esas instituciones deben ser reestructuradas bajo ese escenario.

ED ¿En caso de que sea electa como vocal, cómo haría efectiva esa transformación de la que habla?

KU. Es necesario para toda la población devolver la confianza al Órgano Electoral y para eso existen cuatro tareas inmediatas: Trabajar de manera independiente, generar espacios de transparencia de cara a la población, a los medios porque cada acción que desarrolle el Tribunal Supremo Electoral tiene que ser de manera abierta.

Tiene que abrirse un espacio de relación con los partidos políticos, con las organizaciones sociales, con la población en general.

Impulsar una gestión eficiente y que garantice la calidad de los procesos electorales y de la democracia.