Los bancos y la bolsa de Grecia permanecerán cerrados ayer después de que los acreedores se rehusaron a extender el rescate del país, mientras los ahorradores hacían fila para retirar dinero, llevando el enfrentamiento de Atenas con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a un nuevo nivel.
El primer ministro Alexis Tsipras anunció un feriado bancario el lunes y controles de capitales en Grecia, y culpó a sus socios europeos y al Banco Central Europeo por forzar al país a tomar estas medidas. La bolsa de Atenas también permanecerá sin operaciones.
Los prestamistas griegos, que se han mantenido a flote a través del financiamiento de emergencia del banco central, están en la línea de fuego en caso de que Atenas caiga el martes en moratoria por una deuda de 1.600 millones de euros con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Banco Central Europeo (BCE) dijo que no elevaría el nivel del financiamiento de emergencia, sumando presión sobre los bancos griegos que han estado sobreviviendo en las últimas semanas gracias a los frecuentes incrementos de los fondos del mecanismo ELA.