Los gobernantes chilenos nunca actuaron de buena fe

Está comprobado que los gobernantes chilenos, sin excepción, como presidentes, cancilleres, ministros, embajadores, etc., nunca han actuado de buena fe. Su amistad es falsa.

Domingo Santa María, siendo Presidente de Chile en 1881 – 1886, en carta dirigida a Rafael Sotomayor, el 26 de noviembre de 1879, dijo “no olvidemos por un instante que no podemos ahogar a Bolivia privada de Antofagasta, y de todo el Litoral que antes poseía hasta el río Loa. Debemos proporcionarle por alguna parte un puerto propio, una puerta de calle que le permita salir y entrar sin zozobra al interior sin pedir venia. No podemos ni debemos enclaustrar a Bolivia”.

Si estas palabras hubiesen sido sinceras, ¿por qué no las hizo realidad cuando era Presidente de su país, durante cinco años? Deduzco que sólo trataba de contener nuestra justa protesta y la denuncia internacional que nuestros gobernantes hacían entonces. Y la invasión del 14 de febrero de 1879 se dio para apropiarse de nuestras cuantiosas riquezas, como guano, azufre, salitre, la plata de caracoles y el inmenso yacimiento de cobre en Chuquicamata.

Otro tratado burlado fue el de Transferencia de Territorio, de 18 de mayo de 1895, por el que Chile se comprometió solemnemente a entregar a Bolivia en un plazo máximo de dos años Tacna o Arica. Y de no poder hacer realidad esta oferta, la Caleta Vítor en la quebrada de Camarones, cuando era presidente de Chile Jorge Montt (años 1891-1896). Nunca cumplieron.

En la presidencia de Gabriel Gonzales Videla, su Ministro de Relaciones Exteriores firmó la nota del 20 de junio de 1950, por la que Chile reconoció y validó todos los ofrecimientos y compromisos previos, y de la cual emergió el compromiso chileno en los siguientes términos:

“... Mi gobierno será consecuente con esa posición y que animado de un espíritu fraternal de amistad hacia Bolivia, está llano a entrar formalmente en una negociación directa, destinada a buscar la fórmula que pueda hacer posible dar a Bolivia una salida propia y soberana al Pacífico”. (Nota de Horacio Walker Larraín al embajador de Bolivia Alberto Ostria Gutiérrez, de 20 de junio de 1950).

Ante tantos compromisos, convenios, tratados, incluso protocolizados que nunca se cumplieron en tantísimos años, ¿qué podemos esperar de ellos?, pues siempre se burlaron, mintieron, inclusive se dieron el lujo de decir en el pasado que Bolivia nunca tuvo mar.

Por todas estas consideraciones ahora no queda otra opción que desviar nuestro comercio exterior por los puertos peruanos de Ilo, Mollendo y Matarani, tomando muy en cuenta el bloqueo o paro de los aduaneros chilenos que duró muchos días, ocasionando un grave perjuicio a industriales, comerciantes, importadores y transportistas. Sin tomar en cuenta el tremendo frío invernal y que nuestros compatriotas no tenían alimentos, agua, abrigo, camas, etc. No murieron congelados porque la divina providencia los protegía.

Según la prensa nacional de esas fechas, “Bolivia calificó como ‘nuevo atentado’ el paro en Iquique y cuantifica daños”. Nuestro país expresó su “más enérgico reclamo” a Chile por el paro que impide el tránsito de la carga boliviana.

Por su parte el canciller David Choquehuanca manifestó: “Con este nuevo paro ya no sabemos qué vamos hacer con Chile”.

El daño económico ocasionado a los transportistas en Tambo Quemado e Iquique, por tantos días de bloqueo, llegó a la suma de más de 5 millones de dólares americanos, que por su arrogancia y tozudez se niegan a compensar los causantes. No entienden qué significa el libre tránsito sin restricciones de ninguna clase.

Por todo ello, el Gobierno nacional para que comerciantes, importadores, industriales y transportistas acepten el desvío de sus mercaderías a otros puertos, deberá incentivar y facilitar el mismo, con medidas arancelarias aduaneras, tributarias, así como impuestos y peajes adecuados, dando todas las facilidades a quienes concierne el comercio.

Así dejaríamos de favorecer el comercio, industria, hotelería y turismo del país de nuestros eternos enemigos, los gobernantes chilenos. Nunca olvidaremos el sabotaje que nos hicieron durante la Guerra del Chaco (1932-1935), cuando los chilenos retuvieron por mucho tiempo el armamento que nuestro glorioso Ejército necesitaba con urgencia.

NECESIDAD DE TRAZAR NUEVA RUTA AL PUERTO DE ILO

Me adhiero a la resolución adoptada por Codepanal en fecha 27 de agosto de 2014, para facilitar la llegada al puerto peruano de Ilo por Patacamaya, tanto por carretera como por ferrovía. Los principales dirigentes de esta organización en la actualidad son los señores Víctor Hugo Velasco, Mario Urdininea, Lic. Raúl Catacora Córdova.

Conclusión: Estas medidas arbitrarias de paros, huelgas, bloqueos, etc., son planificadas por los gobernantes chilenos. No son más que represalias tomadas ante la demanda que en derecho y justicia hicimos a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

La justicia tarda, pero llega.