Los ataques de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra la red de oleoductos de Colombia han provocado un “desastre ecológico” con el derrame de más de 4 millones de barriles de crudo en casi 30 años, según ha mostrado ayer el primer informe de la industria petrolera sobre el tema.
De acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), los ataques contra la infraestructura de oleoductos del país comenzaron en 1986 cuando empezó a funcionar el Caño Limón-Coveñas, blanco de permanentes atentados de las FARC y el ELN.