Origen de los habitantes de Tahua

Tahua es la capital de la Segunda Sección Municipal de Tahua, que fue creada por Ley No. 129 el 13 de diciembre de 1961 durante el gobierno constitucional del Dr. Víctor Paz Estenssoro. Está ubicada en la jurisdicción territorial de la provincia Daniel Campos del departamento de Potosí, Bolivia. En esta provincia (Daniel Campos) está ubicado el Gran Salar de Tunupa, que originariamente se denomina Jacha Jayu Kota Tunupa.

ORIGEN DE LA PALABRA TAHUA

El investigador Adelio López Flores, originario de Tahua, señala que “en la altiplanicie boliviana existían varias etnias y a orillas del Gran Salar de Tunupa estaban asentados los Tahuanacas”. Según López Flores, “este grupo étnico vivía en las faldas del gran cerro Tunupa y a orillas del Gran Salar de Tunupa, donde hoy se encuentran los pueblos de Tahua, Vinto, Coquesa, Ayque, Caquena, Chijhuilla, Chijllapata, Chiltaico, Cacoma, Chijini, Alianza y otros pueblos pequeños. Con la llegada de los españoles fueron denominados Tahua o tahueños”.

CARACTERÍSTICAS DE LOS TAHUANACAS

“La etnia Tahuanaca fue un grupo guerrero, organizado y nómada que se dedicaba a la caza y a la agricultura”, señala López Flores. Así mismo afirma que “los Tahuanacas adoraban a la llama como a su dios”.

RITUAL DE LA SALIDA DE SOL EN EL GRAN SALAR DE TUNUPA

Los Tahuanacas realizaban sus rituales de salida del sol cada 21 de junio en el lugar denominado JITIJSA, isla que se encuentra ubicada a orillas del Gran Salar de Tunupa, muy cerca de la actual población de Tahua a 11 Km aproximadamente al sud oeste, en pleno Salar. Allí los curacas, los mallcus y otras autoridades originarias realizan los preparativos a partir de las 11 de la noche del día 20 de junio de cada año, para recibir y sentir el espíritu de los antepasados Tahuanacas, acotó Adelio López Flores.

Los ritos estaban a cargo de los yatiris, que son personajes que tienen el don de la comunicación con los antepasados. Los yatiris comunican a los antepasados los hechos actuales para luego, finalmente, pedir que el siguiente año aymara sea mejor que el actual, comentaba López Flores. El ritual propiamente dicho, lo prepara el yatiri y el acto está dirigido a la Pachamama (madre tierra), al Mika Taika (Cerro Tunupa) y al tata Inti (Señor Sol). Esta ceremonia es acompañada de música y danzas, con unos tragos y ponches, hasta que el sol aparezca, que lo hace alrededor de las 7 de la mañana.

Para esta ceremonia se sacrifica una llama blanca y actualmente se la realiza con un feto de llama. La hoja milenaria de la coca está presente en esta tradición aymara. Actualmente, estas costumbres de los Taihuanacas se conservan en casi un 90%, es decir que no han sufrido grandes cambios y para todos los tahuaneños, estos ritos son sagrados y se cumplen tal como hace 6 o 10 mil años, acotó López Flores.

Respecto a su vestimenta, señala el estudioso López Flores que era de bayeta color blanco o color de las rocas o tierra, hecho de lana de llama, color que perfectamente se mimetiza con el color del salar, que también es blanco.

Y cuando había un enfrentamiento, por ejemplo con otras etnias, los Tahuanacas ingresaban a las pampas del salar, donde por el color de la ropa lograban que no se los encuentre. Al final, por el aburrimiento y cansancio, las etnias que perseguían a los Tahuanacas abandonaban el lugar o la región.

LOS TAHUANACAS Y EL GRAN SALAR DE TUNUPA

Como los Tahuanacas vivían a orillas del Gran Salar de Tunupa, la relación con esta riqueza natural fue y es actualmente muy grande y los habitantes de la provincia Daniel Campos tiene muy en cuenta los saberes ancestrales de sus antepasados, es decir que ya desde hace miles de años los pobladores de Llica y Tahua conocían la importancia de esta riqueza natural.

Para los Tahuanacas, por ejemplo, cruzar el Gran Salar de Tunupa no era un problema. Así los pobladores de Caquena cruzaban durante la noche el Gran Salar de Tunupa para descansar en la isla Pia Pia (isla agujero), luego llegaban a las comunidades de Aguaquiza, Santiago de Agencha, Atuicha, Puerto Chuvica y Villa Candelaria, poblaciones donde, actualmente, hay muchas familias que tienen su origen familiar en Tahua. Los Tahuanacas también cruzaban el Gran Salar durante el día, pero fabricaban unos lentes hechos de lana negra para cubrir y proteger los ojos de las llamas, porque el reflejo del Salar daña los ojos.

El Gran Salar de Tunupa es para los Tahuanacas una especie de dios que reina en la tierra y para los habitantes de la provincia Daniel Campos es de suma importancia para el desarrollo de la provincia y la región sud oeste de Bolivia.