El Sindicato de Pecadores

A pocos días de la llegada de Papa Francisco a La Paz y Santa Cruz mi reportera en el Palacio Quemado me anunció que ya tiene asegurado el sitio de privilegio para cubrir la información requerida sobre el evento extraordinario, lamentando al mismo tiempo mi condena a testificar el magno evento desde mi casa.

Sin embargo, como la cholita es tan imaginativa y sagaz dio con la clave para resolver mi encierro al saber que el Presidente imaginativo decidió la participación de los “movimientos sociales” en Santa Cruz, a los que yo podría “colarme” aprovechando del tumulto.

Mi comadritay me recordó que hace muchos años yo fui dirigente de un original Sindicato de Pecadores, entidad numerosísima a la pertenecieron por derecho propio la mayoría de nuestros compatriotas, sean éstos partidarios del oficialismo o de la oposición.

Abracé a mi colaboradora y como soy Secretario Ejecutivo del Sindicato de Pecadores, la “apechugué” sin mayor recato y con el desbordante entusiasmo por saber que viajaría a Santa Cruz con la credencial legítima de ser dirigente de un sindicato multitudinario.

Cuando se tranquilizó mi euforia, la cholita ilustrada me alentó más aún y me dijo: “no sería raro, compadrituy, que el mismo Pontífice aceptara su cercanía de pecador porque el mismo Cristo dijo “no he venido por los justos sino por los pecadores”, y en este momento usted es Secretario Ejecutivo del Sindicato de Pecadores, entidad afiliada a la Central Obrera Boliviana, la cual tiene a muchos pecadores en sus filas”.

¿Y qué le diría usted al Santo Padre en representación de los pecadores…?, me pregunto mi discípula y compañera de baile en Urkupiña. Contestándole sin ambages: “Le contaría que le hablo en nombre de millones de pecadores bolivianos: ricos, pobres, pichicateros, contrabandistas, diputados y senadores, ministros de Estado, jueces, fiscales y dirigentes indígenas que se repartieron millones de dólares entre ellos, y causando la envidia de los demás, entre los que me encuentro yo, porque por algo soy Secretario Ejecutivo del Sindicato de Pecadores de Bolivia.

La piadosa cholita cochabambina nacida en Quillacollo me preguntó qué haría el Pontífice Francisco ante esta sincera confesión de los más frecuentes pecados de nosotros, los bolivianos, medité unos instantes y respondí a mi pariente espiritual: “Estoy casi seguro de que tendría piedad de nosotros y nos perdonaría, pero a condición de devolver todo lo robado, algo que me parecería imposible porque nosotros los bolivianos nos apoderamos de lo ajeno y lo retenemos por toda la vida.

Mi comadritay me preguntó si me refería a la Presidencia del Estado Plurinacional y Folclórico (más folclórico que plurinacional) y le dije que hoy me siento bueno y no deseo acusar a nadie, porque estaría muy mal que yo acuse a mis semejantes siendo Secretario Ejecutivo del Sindicato de Pecadores del Bolivia.