“Rompemuelles”, necesarios pero peligrosos

La ciudad de La Paz, como ninguna otra del país, está llena de “rompemuelles” con miras a evitar que calles y avenidas se conviertan en pistas de carrera. Los rompemuelles cumplen gran papel; pero, a la vez, resultan peligrosos para conductores, pasajeros y para los mismos vehículos, especialmente cuando se los pasa a velocidad.

Innegablemente, está modalidad es beneficiosa cuando los rompemuelles están debidamente pintados, no son muy altos y están colocados en sitios precisos; pero lo lamentable es que muchos de ellos han perdido totalmente el color de identificación y se convierten en un peligro, porque pasarlos sin disminuir velocidad implica provocar serios accidentes, como, en casos, vuelcos de campana, heridas al conductor y a los pasajeros por los golpes contra el techo o los vidrios del vehículo.

Hay casos que la Alcaldía o Tránsito no toman en cuenta; por ejemplo, en la avenida Costanera, a la altura del Cementerio Jardín, hace falta uno o más rompemuelles porque los vehículos pasan a gran velocidad y quienes salen del cementerio deben esperar mucho tiempo para usar la vía que los conduzca a la zona sur. Colocar rompemuelles, uno o dos, antes de la puerta de entrada al sector de la Capilla, sería urgente. En muchas avenidas se requiere este servicio, pero no hay autoridad que se percate de esa necesidad.

En cualquier caso, los rompemuelles existentes deberían ser reemplazados por las luces incandescentes que funcionan tanto de día como de noche, puesto que el simple pintado se pierde a días o semanas por el roce que producen las llantas, convirtiendo un servicio necesario en un peligro que puede costar la vida por los vuelcos de automotores que, conforme a la velocidad que impriman los conductores, se producen con mucha frecuencia.

La Paz por su crecimiento ha demando la adopción de muchas medidas de seguridad y una de ellas es el rompemuelles; pero avenidas como las que se dirigen a El Alto desde la zona sur; las avenidas de Achumani, las que se dirigen a Chasquipampa o Cota Cota, las habidas en zonas periféricas de la ciudad, no tienen rompemuelles o los existentes están despintados y son un peligro permanente en vez de ser un servicio preventivo de accidentes por exceso de velocidad.

Es urgente que la Alcaldía, conjuntamente Tránsito, se preocupe por este problema que resulta crucial para la ciudad y seguridad de la comunidad y, mucho más, de los conductores y usuarios de automotores. Cualquier medio que se encuentre para morigerar los impulsos de corredores en calles y avenidas, será siempre bueno; pero, en todo caso, encontrar sistemas que permitan que los remedios no se conviertan en atentados serios contra la seguridad de las personas.