Por el camino de Dios Papa Francisco

Son cuatrocientos setenta y cinco años de servicio y entrega de la Comunidad Franciscana en el valle de Chuquiago, esa labor de fe y evangelización se refleja hoy en el emblema de la paceñidad en que se ha convertido el Templo y Convento de San Francisco de la ciudad de La Paz.

Su historia se remonta hacia el año 1539, cuando los misioneros francisca-nos comenzaron a recorrer la región del Collasuyo, con este compromiso cardinal fueron constituyendo misiones y levantando pequeñas capillas. La expedición que llegó a estas tierras y en un solar que le confiriera el cacique aymara llamado Quirquincha, los misioneros franciscanos: Francisco de los Ángeles Morales, Francisco de la Cruz Alcocer y Francisco de la Roca, acompañados por los frailes Mateo Jaramilla, Alfonso Alca-ñíces y cinco hermanos laicos, en fra-ternal armonía con los vecinos y originarios de estas tierras, con la asistencia de los indígenas del lugar y en un trabajoso esfuerzo conjunto, lograron construir los fundamentos de lo que sería el primer convento religioso.

San Francisco de Asís “Giovani Francesco Bernardone”, místico italiano y predicador, fundador de los franciscanos en el mundo, nació el 5 de julio de 1182, en Asís, en el seno de una familia acaudalada. En 1205 ejerció la caridad entre los leprosos y comenzó a trabajar en la restauración de ruinas de iglesias debido a una visión en la que el crucifijo de la iglesia en ruinas de San Damián en Asís le ordenó que reparara su casa.

Los gastos en obras de caridad enfurecieron a su padre, que llegó a desheredarlo. Francisco de Asís falleció el 3 de octubre de 1226, fue canonizado el 16 de julio de 1228 por el Papa Gregorio IX.

Papa Francisco. . . un hombre virtuoso, un hombre de Dios, así nos dice Pamela Arnéz de la Conferencia Episco-pal Boliviana, y nos recuerda que hace casi dos años, un trece de marzo de 2013, Francisco se convertía en el sucesor de Benedicto XVI y el primer Papa Latinoamericano. Su designación para ocupar el sillón de San Pedro es también la primera de un jesuita que dirige la iglesia universal.

Jorge Mario Bergoglio, de 78 años de edad, Arzobispo de Buenos Aires, adop-tó el nombre de Francisco I, en homena-je a San Francisco de Asís, el santo de los pobres. Dijo en cierta ocasión: “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”. Sus primeras acciones y algunos de los gestos y actitudes han marcado el camino de un proyecto misionero centrado en la evangelización. P. Basilio Bonaldi nos habla también de los evangelizadores con espíritu y nos recuerda que: “La ale-gría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Cristo.

Quienes se dejan llevar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesu-cristo siempre nace y renace la alegría. Así comienza la extraordinaria exhortación apostólica “EVANGELII GAUDIUM” del Papa Francisco, escrita en 2013, y finalmente, por el camino de Dios existe el brazo cultural y religioso en La Paz y Bolivia, como es el Museo de San Fran-cisco, cuya misión cultural y evangeli-zadora, comprometida con Dios y a con-formar una sociedad con justicia, paz y fe.

Su director el Dr. José Ríos Cambe-ses, alienta y preserva uno de los más importantes monumentos de la cultura, de la historia indoamericana o latinoame-ricana, muestra de la pujanza de los habitantes de esta “hermosa Ciudad Ma-ravilla”, ahora orgullo de los paceños y no paceños que vivimos en ella, desde donde te damos la bienvenida querido Papa Francisco.