Cuando caía la noche sobre la ciudad, el papa Francisco rindió ayer homenaje al desaparecido padre jesuita Luis Espinal Camps. “Predicó el evangelio de la libertad en Bolivia”, señaló el Sumo Pontífice.
Eran pasadas las 18.00 horas cuando el vehículo que lo transportaba desde El Alto se detuvo en la curva del Plan Autopista, a la altura del lugar donde Espinal fue asesinado. Ante una impresionante cantidad de creyentes el Papa pidió un minuto de silencio y aseveró que Espinal “fue víctima de los intereses de los que no querían la libertad del país”.
“Que el Señor tenga en su gloria al padre Luis Espinal que predicó al Evangelio que nos trae la libertad, que nos hace libres como todo hijo de Dios”, remarcó al orar por el sacerdote jesuita, quien fue torturado y victimado en marzo de 1980 en el gobierno de facto de Luis García Meza y el entonces coronel, Luis Arce Gómez.
En agosto de 1949, Espinal ingresó a la Compañía de Jesús y se ordenó como sacerdote en julio de 1962 en la ciudad de Barcelona, después llegó a Bolivia como misionero.