Clásico de Invierno frío y que termina sin un ganador

Un clásico frío y sin emotividad. Flojo por donde se vea, porque no apareció el fútbol de otras jornadas. El buen marco humano fue demasiado para un espectáculo que se hizo esperar hasta el final. El empate, un gol por lado, pareció –a la hora del balance- demasiado premio para Bolívar, porque en rigor de verdad el aurinegro tuvo más intención para llevarse los puntos en juego.

Con este resultado, el pase a la siguiente ronda de la Copa Cine Center se resolverá el domingo, y de mantenerse la partidad en puntos, se apelará a los tiros penales.

En el juego la gente de Achumani, partió de su porfía por apoderarse y administrar el balón, ante un adversario al que le costaba coordinación y descompensado sobre todo en la zona de gestación, porque más allá del ímpetu del solitario Flores, no hubo atisbos para salir de un juego monocorde y sin ideas. Hubo en líneas generales más dudas que aciertos, porque se notó escasa ductilidad para tener al menos continuidad y consistencia en el juego, porque no aparecieron ni siquiera esa cuota individual de jugadores con antecedentes valiosos para dar su toque que en muchos casos disimula la chatura de un partido como el de anoche.

LOS GOLES

Carlos Tenorio, aprovechó bien una desatención del meta Vaca, y se encontró con un balón en área chica recostado por la izquierda, y sin marca punteó bajó y neutralizó la intervención del arquero aurinegro (3’ PT) y Bolívar movía el tablero.

El gol de la igualdad para el Tigre, nació en el botín de Cristaldo, quién envió un centro de tiro libre desde la derecha, y el debutante Federico Pereyra (8’ ST) la empujo de cabeza ante una floja respuesta defensiva celeste, y peor aún la inerte respuesta del meta Zamora que quedó clavado bajo su marco.

EL PARTIDO

En la primera mitad, las acciones en líneas generales se centraron en la zona de nadie, porque los viajes ofensivos eran escasos. Tímidamente la dupla Ferreira- Tenorio intentó progresar en la ofensiva celeste, pero sus cancerberos se encargaron de desbaratar los pocos intentos.

Más allá del gol de vestuario, Bolívar naufragó en la intrascendencia, mientras que el Tigre vía Torrico en sociedad con Ramallo (30’) y Castro (37’), creó con disparos de media distancia acciones de peligro. En el complemento, el aurinegro se dio modos para poner más pelotas en territorio de enfrente y tal vez hasta pudo ganar.

Genaro Orellana

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