Última ronda de negociaciones es hoy
El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo ayer en Viena que está preparado para abandonar la mesa de negociaciones si no ve la posibilidad de un acuerdo próximo. Pero avisó de que no aceptará cualquier acuerdo bajo la presión de las prisas. Y confirmó que la última ronda de diálogo se prolongará hasta hoy como mínimo. Por tercera vez en dos semanas, los negociadores incumplirán un plazo autoimpuesto.
La guerra de nervios se ha disparado. Mientras Estados Unidos amenaza con romper la baraja, Irán acusa a los estadounidenses de reabrir cuestiones ya acordadas y de falta de coordinación con el resto de potencias mundiales que participan en la negociación, publicó EL PAÍS.
Una queja de los iraníes que EEUU y la UE añaden exigencias imprevistas. El ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, cree que EEUU ha cambiado de posiciones desde el miércoles, el día que Kerry y su equipo hablaron por videoconferencia con el presidente Barack Obama. Las divisiones ya no son entre el bloque de potencias mundiales "el grupo conocido como el P5+1" e Irán sino dentro del mismo P5+1.
“Son nuestros socios occidentales, que no apoyaron un borrador de resolución (del Consejo de Seguridad la ONU) del todo aceptable para las otras partes, los que están en falta, no Irán”, se lee en un mensaje de la cuenta de Twitter del ministerio de Exteriores ruso, atribuido al ministro Serguéi Lavrov.
El embargo a la importación y exportación de armas a Irán es uno de los obstáculos. EEUU y los europeos quieren mantenerlo en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que levantará la mayoría de sanciones internacionales a Irán.
Irán, con el apoyo de Rusia, defiende que el fin de las sanciones debe incluir el fin del embargo armamentístico.
Irán lleva más de un año medio negociando con las cinco potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, la Unión Europea y Alemania. La ronda de Viena es el último esfuerzo para redactar el documento final y los anexos que la acompañan.
El acuerdo debe impedir el acceso de Irán a la bomba atómica. A cambio de los límites al programa nuclear de Irán, la ONU, la UE y EEUU se comprometen a eliminar o dejar en suspenso las sanciones que han ahogado la economía iraní y han aislado al país.
Lo que estos días se juegan EEUU e Irán en Viena va más allá del acuerdo nuclear. Ambos países rompieron las relaciones diplomáticas en 1980. Para EEUU Irán era hasta hace poco uno de los miembros ilustres del eje del mal. Para Irán EEUU era el Gran Satán. Un acuerdo en Viena legitimaría a Irán en la comunidad internacional y podría reordenar los equilibrios geopolíticos en Oriente Próximo.
“Todo el mundo está comprometido, todo el mundo entiende que lo que está en juego es histórico”, dijo la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en una entrevista con la cadena CNN.
“Cambiar la historia requiere audacia”, dijo un alto funcionario iraní a un grupo de periodistas.
La declaración de Kerry a la prensa zanjó las especulaciones que circularon durante todo el día sobre la inminencia de un acuerdo. El 9 de julio era el plazo fijado por el Congreso de EEUU para recibir el documento final. Por la diferencia horaria entre Viena y Washington, este plazo se cumpliría si el texto llegase al Congreso antes de las seis de la madrugada, hora de Viena, medianoche de ayer en Washington.
A tenor de las declaraciones de los negociadores, parece difícil que se cumpla este plazo. Esto significa que, tal como estipula una ley sobre el acuerdo con Irán, en vez de 30 días, los legisladores estadounidenses tendrán 60 días para examinar el acuerdo y plantear objeciones. No es lo que quería la Administración Obama, pero Kerry y su equipo han optado por seguir negociando en vez de apresurarse a suscribir un mal acuerdo por cumplir el plazo.
En un mensaje en Twitter, el negociador iraní Zarif escribió: “Estamos trabajando duro, pero sin prisas, para acabar el trabajo”. El mensaje añade enigmáticamente: “Apunten mis palabras; no puedes cambiar los caballos en medio de la corriente”.
La metáfora equina se refiere probablemente a los supuestos cambios de posición de EEUU. Al decir que no tiene prisas, Zarif coincide con Kerry.
"Ni nos precipitaremos ni dejaremos que nos metan prisas", dijo el secretario de Estado. Pero añadió: “Esto no tiene un final abierto. El presidente Obama me lo dejó muy claro anoche: no podemos esperar para siempre a que se tome una decisión. Si no se toman decisiones difíciles, estamos absolutamente preparados a poner fin a este proceso”.
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