Brasilia.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, admitió ayer que la economía de su país atraviesa un momento difícil, que llegó a calificar de “extremadamente duro” en declaraciones dadas a medios brasileños en el marco de la cumbre del foro BRICS.
“Creo que el mundo pasa por un proceso bastante delicado”, indicó Rousseff en la ciudad rusa de Ufá, que acogió la cumbre del BRICS, y apuntó que en el caso particular de Brasil se trata de “un momento extremadamente adverso”, informó Efe.
En sus declaraciones, difundidas por la Presidencia de Brasil, afirmó que, aunque la economía brasileña no está “con el viento a favor”, sí cuenta con “fundamentos sólidos” para retomar el rumbo del crecimiento.
Según coinciden todas las proyecciones, la economía brasileña se encogerá este año al menos un 1,2% y la inflación cerrará en torno al 9%, en un escenario de desaceleración del consumo y aumento del desempleo.