“La Paz me dio todo”
El joven actor y presentador de ATB “cantó” su verdad en el escenario de La Guía. Habló de La Paz, de su trabajo televisivo, de su pasión por el teatro y de algunos detalles de su vida personal.
Leonel Fransezze (L) nació en Buenos Aires, Argentina, pero ama profundamente a La Paz, donde vivió una buena parte de su vida.
“La Paz me dio todo, me dio mi carácter, el amor de mi vida y mi vocación que es el teatro, a mis 6 años, cuando me vine a vivir a Bolivia. La Paz es mi tierra, no Buenos Aires, no hubo un día en mi vida en Buenos Aires que no haya extrañado La Paz”, afirma.
A días de celebrar las Fiestas Julias, fue inevitable preguntarle a Leonel ¿qué tiene La Paz que no tengan otros lugares?, a lo que respondió: “Que uno puede vivir en una gran ciudad como La Paz, pero con el ambiente y la tranquilidad de una ciudad pequeña o un pueblo”.
Pero conozcamos más de la carrera de este hombre de teatro y presentador, quien ya lleva trabajando en ATB algo más de dos años.
LG: ¿Tenias pensado hacer periodismo?
L: La verdad es que no, yo pienso que a veces los trabajos te encuentran a ti. Soy un hombre de espectáculo, de teatro y en este caso la producción me encontró porque soy capacitador de comunicadores, qué cosa curiosa, ¿no? Habiendo estudiado teatro, me dieron las herramientas para ayudar a mis compañeros en técnicas de comunicación, así empecé en Argentina y aquí vine, a Bolivia, a hacer lo mismo y ahí es que me invitan Tania Sandoval y Jimmy Iturri (de ATB) y accedo.
LG: ¿Que hiciste hasta hoy en ATB?
L: Hice informativos en la primera edición y edición. Después encontré, creo, lo que más disfruto, que son las revistas misceláneas, programas de entretenimiento, más de show, que se adaptan a mi personalidad. Así que hoy hago (la revista) Viva la Mañana y un segmento cultural en la tercera edición, en el cual muestro los hechos culturales que se van a dar durante la semana y desde agosto vuelvo a la primera edición.
LG: ¿Qué es lo mejor de hacer periodismo?
L: El conocer gente, el mostrar una realidad a las personas intentando ser lo más imparcial posible y, sobre todas las cosas, poder servirse de la plataforma televisiva, que es súper poderosa, para promocionar eventos culturales.
LG: ¿Qué tipo de conductor eres?
L: Creo que soy una persona versátil, soy muy seguro de mi mismo y aprendo todos los días. Me encanta aprender, aprendo de mis colegas de ATB y de otros canales también que admiro mucho.
LG: ¿Alguna vez te equivocaste al aire?
L: Sí, pucha (sonríe), todos los días hay furcios, equivocaciones, te olvidas del nombre de la persona que estás entrevistando y es muy complicado porque no encuentras el papel donde está el nombre. Hay días en los que estás muy fluido y otros donde estás más trabado, somos seres humanos, no robots.
LG: ¿Dónde te sientes más a gusto, en la presentación, en la revista, en la cobertura?
L: En la revista y me encanta hacer calle. De hecho, el haber realizado la cobertura del Dakar y ser co-productor del programa En ruta, me encantó y disfruté mucho… lo que más me gusta es el entretenimiento.
LG: ¿Te consideras un presentador exitoso?
L: El éxito es efímero, creo que cuando uno piensa que es exitoso es cuando llega a equivocarse, porque esto es efímero, hoy estás, mañana puedes no estar. Hoy te va bien, mañana te puede ir mal, entonces el que cree que alcanzó (el éxito) ahí falla y se arruina.
LG: ¿Cómo te está yendo con el sector cultural?
L: Me encanta, recibo el feedback de los amigos artistas que están muy contentos con el segmento. La verdad es que los canales de televisión no le dan ni bola a lo que pasa culturalmente. Le dan bola cuando llega el reggaetonero puertorriqueño famoso, a los de afuera, pero para los de aquí, para el teatro nacional, es complicado encontrar un espacio, entonces me parece que hemos encontrado un lugarcito donde los artistas pueden contar lo que están haciendo.
LG: ¿Cuál es tu mayor aspiración periodística?
L: Tener un top show nocturno en el cual haya un panel de personas capacitadas de distintos rubros, un sociólogo, un politólogo, un comunicador, un actor, un cantante y se opine y se hable de temas, la gente quiere escuchar diálogo, quiere ver opiniones cruzadas.
“CASI SIEMPRE ESTOY DE BUEN HUMOR”
Leonel Mathías Fransezze nació el 23 de noviembre de 1985 en Buenos Aires, Argentina, en la provincia Lomas de Zamora, pero vivió en La Paz, Bolivia, desde los 6 hasta los 18 años y desde los 27 hasta hoy.
Estudió derecho en la Universidad Austral de Buenos Aires, (sólo le falta rendir sus últimos exámenes), donde también estudió teatro en El Brío. “Ahora tengo ganas de hacer otro curso superior acá en Bolivia, en periodismo, porque a mí me da vergüenza, digamos buena vergüenza, cuando me dicen periodista, porque hay gente que ha estudiado periodismo y yo estudié derecho y teatro y son dos cosas diferentes. A mí me gusta decir que soy presentador de televisión, no soy periodista”, confiesa Leonel.
Hincha del Tigre, “el mejor, por supuesto”, Leonel cuenta que está casado con una hermosa paceña, Estefani Fiorilo, y que también tiene una hija, otra hermosa paceñita, llamada Amanda Fransezze.
LG: ¿Qué es lo que no sabe de ti la gente paceña?
L: Que tengo pánico a volar en avión (sonríe).
LG: ¿Cómo es tu carácter?
L: Casi siempre estoy de buen humor, los que me sacan de mis casillas son mis actores, ellos sacan lo peor de mí (sonríe) porque hay mucha irresponsabilidad.
LG: ¿Tu mayor virtud y tu peor defecto?
L: Mi mayor virtud es la perseverancia y el trabajo, soy un tipo muy trabajador, y mi defecto es que me encanta el juego, soy ludópata.
LG: Pasatiempos
L: Me gusta jugar al fútbol.
LG: ¿Haces labores de casa?
L: No, soy el peor.
LG: ¿A qué le temes?
L: A la soledad.
LG: ¿Cómo te ves de aquí a unos años?
L: Me veo rodeado de una familia grande, con unos 4 hijos, con una compañía estable de teatro y siendo dueño de un teatro mío.
LG: Si fueras tú el periodista, ¿qué le preguntarías a Leonel?
L: (sonríe) le preguntaría ¿por qué se fue de Buenos Aires en un buen momento profesional?
LG: ¿Y qué responderías?
L: Que hay que seguir al corazón… “carpe diem”.
MI EPITAFIO VA A DECIR: VIVÍ EN UN ESCENARIO
Leonel Fransezze pisó el teatro por primera vez cuando tenía 6 años y desde ese momento se dio cuenta que “no quería dejarlo nunca”.
“Me he dado cuenta desde muy niño que yo quería dedicar mi vida al teatro”, rememora este actor, que lleva 24 años de carrera en las tablas, tanto en Argentina como en Bolivia.
LG: ¿En cuántas obras ya participaste?
L: Más de 25 obras hice en mi vida. Aquí como director de teatro musical he dirigido Jesucristo Súperstar y también Broadway House y Chicago. Y ahora se viene una joyita, “Las criadas” de Jean Genet, que se presenta en agosto en el Teatro Nuna y en octubre en el Municipal de La Paz con Patricia García, Mariana Vargas y Paola Oñe. La estoy dirigiendo con Fernando Arce.
LG: ¿Qué significa el teatro en tu vida?
L: Todo, mi epitafio va a decir: “Viví en un escenario”.
LG: ¿Cómo te defines como actor?
L: Un actor muy formado, cero talento, todo formación, nada tenía. Yo me formé igual vocalmente, con el canto que viví de eso tantos años allá en la Argentina haciendo teatro musical. No conocí el don, he tenido que trabajar duro para tener una buena voz y actuar bien.
LG: ¿No crees en el talento?
L: Creo en el talento, pero el talento sin ser cultivado no es nada, es más una distracción, hasta peligroso, porque aquel que tiene facilidad, se confía, entonces es una combinación explosiva.
LG: ¿Qué te autocriticarías?
L: Buena pregunta, me autocriticaría el no haberme dedicado a estudiar desde el principio aquello que Dios me había mandado a hacer en este mundo, que es arte.
LG: ¿Qué es lo más complejo y placentero de hacer teatro?
L: Lo más complejo son los nervios de tener que manejar, por ejemplo, como actor o director, un equipo de trabajo, de saber que las luces están bien, que no falle el sonido, hay muchas contingencias, es complicado y lo más hermoso es que cuando sales y pisas el escenario te olvidas de todo.
LG: ¿A quién admiras en el campo teatral?
L: En el teatro musical a Anthony Warlow, gran artista australiano. Es mi ídolo, primero por lo enorme que es como artista y aparte porque es una persona que ha salido del cáncer.
LG: ¿Cuál fue el papel que más has disfrutado?
L: He disfrutado dos papeles, uno es de Jonathan Harker, en Drácula, (que presenté) en calle Corrientes (Buenos Aires) en 360 funciones y el otro es el papel que hice acá en Bolivia, de Javert en Los Miserables, bajo la dirección de All That Jazz. Y es bastante curioso porque yo dirijo la compañía de enfrente junto con Fabricio Ferrufino y esta compañía me invitó a formar parte de su elenco.
LG: Actor, cantante o productor, ¿qué prefieres?
L: Actor y cantante porque considero que tengo una buena voz, bien trabajada y tengo forma de probarlo, no es la falsa humildad de “no, no es trabajo” porque no lo quiera decir, para nada, tengo vídeos de cuando tenía 15 y 25 años.
ANÉCDOTA
“Vienen todo estilo de personas (al programa), hacemos entrevistas… y vino un ciclista y le dije: ¿puedo despedirme de la nota subiéndome a su bicicleta? Y ese fue el mayor blooper de mi vida (sonríe), pues me subo a la bici pensando que era un buen ciclista y nada. Doy dos metros y me caigo “al vivo”. Y a todo eso, había un perro que formaba parte del equipo, que era Bandoneón, que se fue porque empezó a crecer, y este perrito estaba a lado mío preocupado por lo que me había pasado (sonríe)”.