Riberalta cuna de la cultura japonesa
Si bien el tratado oficial para las relaciones bilaterales entre Japón y Bolivia fue firmado el año 1914, sus vínculos se remontan a finales de siglo XIX (1899) cuando los primeros ciudadanos japoneses arribaron a la zona gomera del departamento de La Paz. Luego, los primeros japoneses se asentaron en Riberalta-Beni el año 1908.
Ese pasaje de la historia fue rememorado por el embajador del país del sol naciente (Japón) en Bolivia, Hidehiro Tsubaki, quien muy cordialmente accedió a brindar información a EL DIARIO, sobre las relaciones entre su país y Bolivia.
El escenario del encuentro fue la oficina principal de la Embajada del Japón en La Paz, ubicada entre las calles Rosendo Gutiérrez y Sánchez Lima de la zona de Sopocachi. Al ingresar a este lugar, uno respira la cultura nipona, reflejada en sus cuadros, hasta su cerámica que es un adorno complementario de un ambiente acogedor y lleno de cultura.
Como una interrogante primordial está el saber desde cuándo se da la presencia del Japón en territorio boliviano. Esa duda por supuesto fue respondida por el representante diplomático de ese país, Hidehiro Tsubaki, al mencionar que en 1899 llegaron los primeros japoneses a Bolivia, y por el año de 1908, “otros se asentaron en Riberalta. Por entonces, según datos, un cuarto de la población de Riberalta eran japoneses”. “Por eso digo que Riberalta es la cuna de los japoneses en Bolivia”, indicó.
El embajador contó que esas primeras personas fueron parte de 790 japoneses que ingresaron al Perú en 1899, de ellos 93 decidieron cruzar un territorio desconocido para ellos con la esperanza de encontrar un lugar adecuado para vivir, siguiendo los rumores de una floreciente industria de la goma. Así llegaron hasta Riberalta por el “camino del Inca” y surcaron el río Madre de Dios en barcazas. “Cuando visité Riberalta observé donde se juntan los ríos Beni y Madre de Dios y viendo las pinturas que dibuja las escenas de los primeros japoneses, es algo que nunca pude imaginar. Nunca tendría ese coraje”, afirmó. En la actualidad existirían unos 14 mil descendientes japoneses en Bolivia, de ellos siete mil están en Beni.
En 1915 ya se conformó el Centro Cultural Japonés en Riberalta con 166 socios, y por ello se realizó un acto especial conmemorando el centenario de su fundación en Riberalta donde estuvo como invitado especial el embajador Hidehiro Tsubaki y fue reconocido por las autoridades, además se rindió homenaje a esos primeros japoneses que llegaron para vivir y morir en Bolivia.
COOPERACIÓN
Recién en 1960 se inicia, formalmente, la cooperación japonesa al país, pero en 1962 se concretiza con el envío de estudiantes bolivianos al Japón para que reciban capacitación.
“Aquel entonces se denominaba programa de estudios para el desarrollo, para ejecutar los proyectos (de) Planificación de Sistema de Telecomunicaciones”, recordó el embajador. “En 1978 nosotros firmamos el Acuerdo de Cooperación Técnica entre los dos países”, hasta ese momento ya se habían desarrollado cinco proyectos.
En ese sentido, el embajador Hidehiro Tsubaki reflexionó sobre la cooperación a países como Bolivia que es un producto del sufrimiento que vivieron sus antepasados durante y después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchas ciudades quedaron devastadas por la cruenta guerra. “Muchas ciudades quedaron en cenizas”, dijo.
“Entonces nuestros ancestros hicieron esfuerzos indescriptibles para reconstruir el país, pero no sólo con el esfuerzo propio del Japón, sino que Japón ha conseguido reconstrucción contando con mucha ayuda internacional. Por eso, cuando Japón entra en auge económico, nosotros sentimos como una obligación retribuir las cooperaciones de las que Japón fue beneficiario”, afirmó.
Esa cooperación se dio a partir de la conformación de colonias como la de Okinawa (asentados desde 1954), cuyos antecesores provenientes de la misma región en Japón hicieron todos los esfuerzos para que los “okinawenses” que lo perdieron todo en su país lleguen a Bolivia respondiendo a las llamadas de sus paisanos que ya estaban establecidos en Beni.
“Lo primero que hicieron fue convertir el bosque en tierra cultivable. Hubo muchas historias de lágrimas, sudor y sangre. Ahora todo el mundo piensa que Okinawa y San Juan eran así desde un principio. Eso no es cierto. Afortunadamente, como resultado de sus trabajos impecables, ahora Okinawa se convirtió en la capital del trigo y San Juan en la capital del arroz. Creo que es una hazaña o resultado del trabajo tenaz y haber desplegado sus virtudes”, afirmó el embajador.
AYUDA ECONÓMICA
Según el embajador Hidehiro Tsubaki, la ayuda económica está basada en yenes. Aclaró que el tipo de cambio hasta 1973 era fijo, es decir un dólar equivalía a 360 yenes. Posteriormente se adoptó el tipo de cambio flotante.
En la actualidad el Gobierno del Japón tiene tres tipos de cooperación: cooperación financiera como crédito, cooperación financiera no reembolsable (donación), y la cooperación técnica (permite que las personas reciban entrenamiento).
En cuanto a la cooperación financiera, hasta el año fiscal japonés 2013 (que termina el 31 de marzo de 2014), se tenían siete proyectos con 47.026 millones de yenes (al tipo de cambio de un dólar por 100 yenes), si es así esto es 470 millones de dólares.
En cuanto a la cooperación financiera no reembolsable hasta el 31 de marzo de 2014 se alcanzaron 671 proyectos, con 91.148 millones de yenes, aproximadamente 911 millones de dólares. En el esquema de cooperación financiera no reembolsable, existen dos tipos, uno es de gobierno a gobierno, y el otro es un esquema de cooperación donde la Embajada tiene la iniciativa para ofrecer apoyo a proyectos de las gobernaciones, los municipios y ONG. Esto se denomina “Cooperación Financiera No Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana - APC”. Cada proyecto es menos de 10 millones de yenes que es casi 100 mil dólares. Desde 1990 a la fecha el monto de cooperación del esquema APC asciende a casi 35 millones de dólares con un total de 547 proyectos.
En cuanto a la cooperación técnica, el envío de bolivianos al Japón era 5806 personas y el envío de expertos japoneses a Bolivia fue 1357 personas. El monto del costo para recibir o enviar es casi 70.169 millones de yenes (700 millones de dólares).
La suma total es de 208 mil 343 millones de yenes, aproximadamente 2.083 millones de dólares.
ÁREAS DE COOPERACIÓN
De acuerdo con las áreas de cooperación que desplegó el Gobierno del Japón en Bolivia, el monto total de financimiento están dirigidas a los sectores de transporte, energía y reconstrucción industrial.
En transporte apoyaron con la construcción de carreteras, aeropuertos y ferrocarriles. Entre las principales carreteras que tuvieron cooperación nipona están Yucumo-Puerto Salinas y también Tambo Quemado - Patacamaya; además de la construcción del aeropuerto de Viru Viru.
En tema de energía se está avanzando en los estudios para la instalación de una planta geotérmica en Laguna Colorada. “Bolivia tiene potencial de energía geotérmica. Japón es un país volcánico, tenemos mucha experiencia de cómo utilizar la energía que nos traen los volcanes. Y también este conocimiento sobre la energía geotérmica se ha transferido a Costa Rica que ahora está transfiriendo sus conocimientos y experiencia a Bolivia”, remarcó.
“Si tocamos la cantidad de proyectos, el área principal era educación y salud. En educación hubo muchas construcciones de escuelas y donaciones de aulas”.
Recordó que en algunas visitas realizadas, por ejemplo a Potosí, estudiantes que pasaron por aulas de escuelas construidas por el Japón se le aproximaron y expresaron su agradecimiento. Similar actitud asumieron con su persona en Chuquisaca, contó.
“No es mi trabajo. No he hecho esos trabajos. Nuestros antecesores de la Embajada han venido con la cooperación. Yo solo, representando al Gobierno japonés, recibí este homenaje”, dijo al reflexionar que todo ese logro también se debe a los descendientes japoneses que han demostrado ser trabajadores, honestos, puntuales y confiables. Ellos no escatimaron esfuerzo, han demostrado anhelo al estudio”.
A todo ese abanico de proyectos están los que se encaran en el área de la agropecuaria, agua, saneamiento, servicios sociales, género, ayuda humanitaria, además del sector financiero, política sobre empleo e investigación científica, reproducción familiar y otros.
“Podemos decir que estamos colaborando al Gobierno boliviano para vivir bien. Pero la cooperación está relacionada al beneficio del pueblo boliviano para vivir bien, no para sacar riqueza económica, para servir a los bolivianos”, afirmó.
A todo ese panorama se suma el legado de la cultura nipona en Bolivia que muchas generaciones la han vivido, en especial en la década de los años 70 cuando se emitían programas por el único canal de televisión (Canal 7) como “Ultra Seven”, “Godzila” “Ultramán”, “Heidi”, “Marco” y otros que quedaron en la retina de mucha gente boliviana.
SALUD
En cuanto a la salud, señaló que en La Paz, Sucre y Cochabamba se construyeron los hospitales de gastroenterología entre 1979 a 1982, en su momento los más destacados por el uso de la tecnología. “Gracias a Olimpus que inventó el endoscopio, mejoró mucho el diagnosticar la enfermedad. No sólo para observar sino para hacerlo directamente. Este endoscopio con fibra más fina tiene elementos para hacer una operación”.
En este tema el embajador Hidehiro Tsubaki sostuvo que una parte de él y su esposa se quedan: “Cuando me voy de Bolivia, voy a decir: yo y mi esposa ahora salimos de Bolivia para regresar al Japón pero nuestras dos vesículas quedan eternamente en Bolivia”.
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