Hondo pesar causó en los distintos sectores sociales del país el deceso del periodista y comunciólogo Luis Ramiro Beltrán, ocurrido el sábado por deficiencias respiratorias.
El sepelio de sus restos mortales se produjo ayer en la tarde, en El Cementerio Jardín. Ante una crecida concurrencia, el padre Xavier Albó celebró la misa de cuerpo presente, con el adecuado acompañamiento musical.
El escritor y periodista Mariano Baptista Gumucio pronunció una breve oración fúnebre. Inicialmente, leyó un texto del comunicólogo Alfonso Gumucio, ausente en la ocasión por razones de viaje.
Enseguida, Baptista improvisó unas palabras, sosteniendo que Beltrán fue una de las 10 personalidades más sobresalientes y reconocidas que tuvo el país en el exterior, en el siglo anterior y el actual.
Destacó su abundante producción editorial, cuyos textos incluso son motivo de estudio en centros académicos e intelectuales en el continente y en Europa.
Puso de relieve la abnegación que tuvo su esposa, Nohora Olaya, para atender la salud de Beltrán. Dijo que era aún era una incógnita si retornaría a su país de origen, Colombia, pero que si se quedaba en La Paz tendrá como su familia a todos los amigos de su apreciado esposo.
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