Tras elecciones subnacionales la democracia espera más de las autoridades

Una vez más la ciudadanía demostró su vocación democrática el domingo 29 de marzo pasado al concurrir nuevamente a las urnas -por encima del 85% del padrón electoral- para elegir a las autoridades que gobernarán durante los próximos cinco años en el nivel departamental y municipal. Pero la vocación democrática de la ciudadanía no sólo se expresó en el ejercicio del voto sino también porque demostró una vez más su valentía para superar amenazas vertidas durante la campaña electoral; se pronunció contra muchas irregularidades y transgresiones a la norma no sancionadas por las autoridades llamadas por ley; se pronunció contra los candidatos improvisados y sin propuestas viables y contra candidatos impuestos; contra poses y discursos machistas de toda laya, y contra intentos de reciclaje político.

La población con sabiduría -como indican los resultados preliminares no oficiales- votó por el pluralismo político, por contrapesos y equilibrios entre el nivel nacional y subnacional, pero también al interior de los niveles subnacionales, expresados en la elección -incluso con voto cruzado- de los ejecutivos y la composición plural de los legislativos, esto último más en los municipales que en los departamentales. En parte, probablemente, esta situación se da también por insuficiente información o lo complejo que podría haber resultado marcar tantas veces y en dos papeletas, incluso más en algunas regiones.

Es de esperar que el Tribunal Supremo Electoral dé certeza y seguridad al país durante el escrutinio de los votos, que el voto emitido cuente y se respete en los 339 municipios y 9 departamentos, incluso para determinar la segunda vuelta en algunos casos. De ocurrir esto, ayudaría a superar las dudas que el mismo Tribunal ha sembrado en el pasado reciente que afecta y erosionan la democracia, y contribuya él mismo a fortalecer la institucionalidad democrática.

Ahora, las autoridades elegidas tienen la responsabilidad de alcanzar y mantener la gobernabilidad, que dependerá de su capacidad, actitud y práctica democrática; de su capacidad de escucha y diálogo; de su calidad de gestión y la transparencia. Por eso será importante también el cumplimiento de las propuestas o planes de gobierno. La sociedad civil organizada, sin duda, exigirá su cumplimiento y ejercerá control social.

Pero el mensaje de las elecciones del 29 de marzo también va a las autoridades elegidas en octubre 2014, que están interpeladas a coordinar con las elegidas en marzo de 2015; interpeladas a ejercer los roles, competencias y obligaciones asignados por CPE y por las diversas leyes, especialmente por la Ley Marco de autonomías y descentralización. Articular competencias, recursos y esfuerzos institucionales, con base en planes en perspectiva estratégica, más aun en un contexto en que se prevé restricción de recursos económicos cuya redistribución se tendrá que dirimir en un nuevo pacto fiscal.

Ojalá que las nuevas gestiones de gobierno nacional, departamental y municipal que se inauguran en este primer semestre del 2015 sean, también, un proceso fértil de gestión y generación de nuevos liderazgos en todos los partidos políticos, cuyos rasgos sobresalientes sean el ser democráticos. Es por ello que tras las elecciones subnacionales la Democracia y el país esperan más de las autoridades elegidas que en los dos procesos electorales recién pasados, ya que la ciudadanía puso su parte pero no cejará en su labor y rol de sociedad civil.

El autor es Director General de Cipca.

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