En busca de paceños

“Celebrando de Julio el gran día, que es del pueblo paceño el blasón…”, así ingresó a nuestra sala de redacción mi reportera cochabambina para congratularme por la fiesta de los paceños, noble gesto de mi pariente espiritual al que correspondí con una patriótica apechugada que la sofocó levemente. A continuación me explicó que venía luego de visitar algunos mercados y almacenes de la urbe paceña, donde le fue difícil encontrar paceños para congratularlos por su fiesta cívica, porque la mayoría estaba compuesta de cochabambinos, orureños, potosinos y orientales, lo que la impulsó a decir “La Paz es la ciudad donde conviven todos los bolivianos y donde gobiernan los de Orinoca y ciudades circunvecinas…”.

A propósito, le sugerí que siendo ella mi corresponsal en el Palacio de Gobierno le obsequiase una Tea de Murillo al Presidente Vitalicio del Estado Folclórico y Plurinacional, respondiendo la cholita cochabambina que nuestro mandatario Globetrotter pasaría este 16 de Julio en Buenos Aires y Río de Janeiro visitando a la señora Cristina y a la señora Dilma, en vez de saludar a la “tía de Murillo”. Pedí a la cholita nacida en Quillacollo que no confundiese los vocablos de “tía y de tea” porque para mí la Tea de Murillo merece mucho respeto, no así alguna de mis tías, como la que responde al nombre de Restituta, prometiéndome Macacha que así lo haría.

Al comentar la triste noticia de que Evo estaría ausente de La Paz en nuestro glorioso día de Julio, la cholita dijo algo amargada que el presidente Evo asiste a todas las celebraciones departamentales y provinciales y no tiene inconveniente para ausentarse de La Paz, desairando a don Pedro Domingo Murillo, quien ofrendó su vida por la Libertad e Independencia de nuestros pueblos americanos. Gimoteando sobre mi hombro, me dijo consternada: “Este desaire a los paceños, nunca se lo perdonaré, mientras la Tea de Murillo seguirá encendida en nuestros corazones…”.

Reanimé a la cholita por esta nueva prueba de cariño hacia mi tierra, formulando juntos la promesa de asistir a los actos cívicos y religiosos más importantes.

Antes de munirnos de sendas teas para alumbrar nuestras marchas cívicas, mi buena reportera que tiene mejor memoria que la mía me recordó la importancia de la Virgen del Carmen en los hechos del 16 de Julio, enviando un saludito cariñoso y patriótico a todas las Carmencitas y Carmelitas que conocemos y así lo hicimos.

Al final de nuestra charla, la rencorosa cholita envió un mensaje al orureño que se fue de viaje y que dice así: “Que se divierta mucho en Buenos Aires y en Río de Janeiro, nosotros seguiremos honrando a la Tea de Pedro Domingo Murillo”.