Teleférico sí, pero… no así

Es bien conocido y desde hace décadas, que el transporte público en las ciudades de La Paz y El Alto es caótico, que el accionar de las autoridades municipales -cuya competencia alcanza a estos niveles- fue pobre, casi nulo para dar solución al problema, aunque las protestas de los ciudadanos que en forma diaria, continua, utilizan los servicios de micros, carrys, trufis y minibuses en esta metrópoli son constantes. Pero nadie escucha los pedidos clamorosos para que se dé una efectiva solución al problema del transporte público en la ciudad. Las trancaderas en horarios pico por el centro de la ciudad, zona San Francisco, plaza del Estudiante, el estadio en Miraflores y zona Sur, son constantes.

El tira y afloja entre los transportistas y autoridades municipales no permite que se renueve los vetustos vehículos que circulan desde el siglo pasado, como son los buses y micros de las líneas 2, 31, M y Ch entre otros; los mismos que en varias oportunidades sufrieron accidentes al no responder los frenos y por fallas mecánicas, con la lógica consecuencia de heridos y muertos. Por su parte muchos minibuses que no cumplen sus recorridos están destartalados, incómodos, brindan un pésimo servicio a la sociedad y según mi entender, ya deberían estar fuera de servicio.

La Alcaldía paceña contra “viento y marea” puso en funcionamiento los buses chinos PumaKatari y hace dos años que funcionan por las laderas, villas y van del centro a la zona Sur, salvando un poco la afluencia de pasajeros que se transportan a diario, pero no resuelven el problema en su conjunto. El gobierno del presidente Evo Morales puso en funcionamiento el Teleférico hace más de un año, las líneas roja, amarilla y verde, ante el entusiasmo de propios y extraños por lo novedoso del asunto, pero habría que preguntarse ¿sirven realmente a la sociedad?, ¿son funcionales?, ¿la gente los utiliza para desplazarse?

Creo que no, un ejemplo nada más, la línea roja desde la ex Estación Ferroviaria a la zona 16 de Julio (El Alto), sólo es ocupada los jueves y domingo, días de feria en la populosa zona 16 de Julio, y el resto de los días recibe poca gente, no cubriendo así sus gastos operativos. En un viernes o un lunes, se ve las cabinas circular ida y vuelta sin gente. Es que no se hizo un estudio previo de la necesidad y urgencia de los usuarios. Podemos ver, en contra partida, que desde la Ceja de El Alto, Avenida 6 de Marzo, hacia la Pérez Velasco, miles y miles de personas suben y bajan en minibús. Entonces, esta vía es la más transitada. ¿No era mejor gestionar una línea de teleférico por esta vía, desde la Ceja de El Alto hasta San Francisco y/o Pérez Velasco?

Entonces, hacen falta los teleféricos, indudablemente, pero para zonas donde realmente se los necesite con urgencia. Ahora lo que está en discusión, entre autoridades municipales y gubernamentales, es el proyecto para una línea desde plaza Villarroel al monumento a Busch y parque Triangular, la que considero que no es necesaria.

Otro ejemplo de que el teleférico no es funcional, es la línea verde, desde la Curva de Olguín hasta Irpavi, ¿quién utiliza este servicio?, nadie. Vemos a diario cabinas vacías en su recorrido, ¿quién pierde en esto?, ¿no será una inversión “al puro cohete”, simplemente al calor político? Se debe realizar un estudio serio, somero antes de ejecutar las obras. La Paz requiere de soluciones prácticas para el problema del transporte, el teleférico puede serlo, pero no de la manera que están procediendo a ejecutar.

Otra vía que bien puede ser considerada es desde el estadio de Miraflores a San Miguel, en la calle 21, una ruta muy transitada por gran parte de la población; el transporte que existe por esta vía no abastece.

Algo más, se comenta en la calle que el Teleférico de La Paz es un buen negocio para unos pocos y un buen atractivo turístico para la ciudad, porque sus funciones de transporte masivo están lejos de cumplirse. Lo cierto es que el caos del transporte en esta ciudad maravilla persiste, y persistirá hasta que las autoridades municipales presenten un verdadero plan acorde a la topografía de esta metrópoli, lo contrario es sólo retórica de personas desubicadas que sólo buscan un protagonismo mediato.

El autor es Comunicador Social.

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