Con el anuncio de que la planta separadora de líquidos en Gran Chaco será inaugurada en julio, el Gobierno espera vender gas a países del Mercosur y al Perú que estarían a la expectativa de poder contar con gas líquido de petróleo. El Gobierno anunció que con esa posible ampliación del mercado, el país recibiría ingresos de 245 millones de dólares por año y, además, que con esas nuevas exportaciones “se busca avanzar en materia de integración energética”.
Hay que convenir que los anuncios de posibles nuevos cuadros petrolíferos y gasíferos en el país, que aseguran de alguna manera que se puedan elevar las reservas, son positivos; pero en todo caso sería importante que cualquier excedente de producción de gas sea destinado al consumo nacional, puesto que hay muchas industrias que no pueden funcionar en toda su capacidad simplemente por falta de ese energético.
Conviene recordar, por otro lado, que la explotación de los yacimientos de hierro del Mutún prácticamente ha sido abandonada desde el alejamiento de la Jindal, tan sólo por no haberse cumplido el contrato que establecía la entrega diaria de 10 millones de pies cúbicos de gas. Muchos otros proyectos tanto públicos como privados estarían en suspenso por carencia del energético.
Es preciso convenir que las ventas que realizamos al Brasil y la Argentina cubren nuestras expectativas de contar con un interesante ingreso de divisas; que ampliar el horizonte energético sería importante es cierto; pero habida cuenta que los precios han bajado sustancialmente, no resulta muy atractivo pensar en nuevas exportaciones.
Es importante que se tenga en cuenta que el país requiere, y con mucha urgencia, de grandes cantidades de gas no sólo para proveer a la industria sino con miras a desarrollar el país con la creación de industrias productivas que le den valor agregado al gas. Es tiempo de que salgamos de la perjudicial costumbre de exportar sólo materia prima y con ello favorecer a economías foráneas que le dan valor agregado a lo que nosotros les vendemos como materia prima.
Aumentar la producción de petróleo y gas debe ser prioritario para la empresa YPFB y, cuando ello permita cuantificar las reservas reales, planificar nuevas exportaciones, pero atendiendo antes las propias necesidades, porque esa desatención debido a la preferencia de exportar, perjudica grandemente a muchas industrias (de cemento, entre ellas) que prácticamente están semiparalizadas en su producción y sin poder ampliarlas y menos contratar más personal.
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