Walter Hugo Oña Hurtado
La ciudadanía percibe que la función que cumple la Policía es determinante en la sociedad en la que se desenvuelve el ciudadano boliviano. Pero es necesario reconocer que la institución policial si bien tiene un carácter preventivo, no es menos cierto que posee un carácter represivo, sobre todo para mantener el orden público y social, cuando éste es afectado por acciones que lesionan la tranquilidad y seguridad de la sociedad y todo esto por efecto de los delitos encuadrados en la criminalidad, la protesta social por razones políticas, culturales, económicas e incluso de carácter religioso. Es cuando la Policía se moviliza para imponer y restaurar el orden, cuando éste es afectado.
Si bien la presencia policial es casi inmediata para garantizar el libre tránsito y locomoción de las personas en el territorio nacional y sobre todo la seguridad ciudadana, es necesario reconocer que no se cuenta con el número óptimo de efectivos, no sólo para restablecer el orden, sino fundamentalmente para prevenir estas acciones y, sobre todo, para luchar contra la criminalidad y la delincuencia, que generalmente por factores de tipo económico y cultural están en ascenso en gran parte de los países y entre ellos se encuentra Bolivia.
Por esa causa la imagen y la misión policial tienen una relación directa con el desempeño, lo cual se asocia con la brecha que surge por el aumento de la delincuencia y la capacidad policial para enfrentarla. Entre más grande es esa abertura, en términos de resultados, lo que se resume por el número de detenciones o detenidos, aumenta el descontento y protesta ciudadana contra la capacidad de la Policía como institución encargada de la seguridad ciudadana.
Sin embargo, es importante señalar que la ciudadanía reconoce que la Policía no cuenta con los recursos necesarios para cumplir con el rol que le asigna la Constitución. Esta realidad no constituye un óbice para cumplir con lo que le corresponde a la institución policial, por lo que se hace necesario aunar esfuerzos, coordinar acciones entre los policías y los ciudadanos, fundamentalmente para prevenir los delitos y evitar que los delincuentes hagan de las suyas.
Es importante señalar que al ciudadano común le interesan los resultados efectivos y reales para reconocer y aquilatar la labor que cumple la Policía. Generalmente ante esta apreciación surge el descontento ciudadano, lo que es injusto y no se encuadra en la realidad, porque los responsables para contar con una Policía que merece el país, es responsabilidad directa de los órganos del Poder Público. Es decir que se tiene que contar con una legislación acorde al momento que vive el país, necesariamente entregar los recursos que requiere la Policía y sobre todo que la justicia evite la retardación y encuadre sus resoluciones de manera justa y ecuánime y que se haga justicia de verdad, coordinando y ejecutando acciones coordinadas con el Ministerio Público y la institución policial.
Las autoridades necesariamente tienen que tomar en cuenta que al ciudadano común no le interesa saber si el crecimiento de la delincuencia está en relación directa con la explosión o crecimiento democrático o es por efecto del acelerado ritmo de la urbanización o el crecimiento y extensión de las ciudades y poblaciones, o con la pérdida de valores de la sociedad, la extrema pobreza, al desempleo y otros factores. Lo que sí a un padre de familia, trabajador, estudiante, a madres, niños y a todos interesa, es saber y estar seguros de que cuentan con seguridad ciudadana, en sus casas, en calles, en el trabajo, escuela, colegio, universidad o donde se encuentren.
Por todo lo señalado, se colige que la percepción ciudadana respecto a la Policía es que la Institución del Orden tiene que cumplir con lo que manda la Constitución de nuestro país y es que como fuerza pública tiene la misión específica de la defensa de la sociedad y la conservación del orden público, y el cumplimiento de todas as leyes en territorio nacional. Esta tarea es integral y en la misma participan todos los estamentos de la sociedad, por tanto es necesario poner en práctica iniciativas que estén dirigidas a garantizar y preservar la seguridad ciudadana.
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