Hora de definiciones Gobierno-Comcipo

El presidente del Comité Cívico de Potosí, Jhonny Llally, que inició una marcha desde la ciudad Imperial a La Paz logró, en principio, aglutinar fuerzas y superar el primer tramo del conflicto: apoyo ciudadano y del sector minero asalariado potosino y cierta simpatía en la sede de Gobierno, pese al sistemático bloqueo de calles y avenidas del centro paceño.

Hasta el pasado viernes 17 de julio, marchistas y huelguistas de Comcipo fueron el epicentro de las noticias a nivel nacional y es posible que aún continúen siéndolo pero, desde otra posible perspectiva.

En efecto. La reunión organizada por el Gobierno que transcurrió en el local de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional (17 de julio) concentró a cuarenta alcaldes y al Gobernador del departamento de Potosí, dividiendo el escenario en el cual campeaba Comcipo en dos grupos antagónicos. Autoridades potosinas versus marchistas potosinos.

A partir de la concentración de estas dos fuerzas, la balanza política podría favorecer al oficialismo pues, las declaraciones del primer mandatario Evo Morales y del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirman insistentemente que: “el 98 por ciento del pliego de peticiones de Comcipo fue atendido”.

La dirigencia cívica potosina rechazó los términos oficiales y sostiene a la vez, que otros contingentes sociales llegarán a la ciudad de La Paz, con el objeto de continuar marchas y bloqueos de esta urbe pero, implícitamente existe un cambio en la correlación de fuerzas.

Primero, porque Comcipo está muy lejos de su base territorial y aunque concentre mayores fuerzas en La Paz y sobre todo, después de la fuerte y sostenida campaña oficial, respecto a que el Gobierno cumplió un 98 por ciento del Pliego Petitorio y que ya no hay más que charlar, surge la tendencia un tanto negativo para este Comité.

Es decir, que en los hechos, ya está planteado un cerco interno al liderazgo de Comcipo por los 40 funcionarios municipales y el propio gobernador. Aislado internamente, el problema que definirá el curso de la continuidad de la protesta de Comcipo radica ni más ni menos, en el éxito de este grupo en el epicentro de Bolivia: La Paz.

Al respecto, esto es difícil de sostener pues, Comcipo también está sitiada en el centro de la ciudad paceña, por las fuerzas policiales, por un aparato de propaganda oficial y algo definitivo, por la irreductible posición política del Gobierno en sentido de no hay de qué hablar y que los marchistas potosinos “reciben asesoramiento de la derecha”.