Sin destino peticiones de Potosí

Comcipo plantea 26 puntos en su pliego petitorio y el Gobierno insiste en que atendió el 98% del mismo, aseverando que no hay nada que tratar. Ambas partes se han encerrado en estas posiciones. De todos modos, cuando se escucha no se pierde nada. De ahí que se hace inexplicable que el presidente Evo Morales -sostenedor de que “se debe gobernar oyendo al pueblo”- haya rechazado toda posibilidad de diálogo con su persona. Jhonny Llalli, máximo de Comcipo, se queja de que no se considere que los procedentes de Potosí se hubieran sacrificado tanto para arribar a la sede de Gobierno a fin de entrevistarse con el primer mandatario.

Dicha negativa se hizo más patética desde que el Presidente del Estado en medio del conflicto viajó a Argentina y enseguida a Brasil, dejando pendiente toda solución. La visita a Buenos Aires se cifraba principalmente en la entrega de un costoso monumento a Juana Azurduy, mientras que su presencia en el Brasil podía ser suplida por el vicepresidente o por cualquier ministro. En situaciones parecidas, presidentes de otras naciones excusan su presencia para resolver emergencias.

Esa ausencia y la falta de diálogo tampoco se compadecieron de los perjuicios que desde hace más de una semana viene sufriendo la población paceña por los bloqueos, gasificaciones, dinamitazos y choques con la Policía. Estas medidas represivas no se generaron para restablecer la normalidad citadina, sino para impedir el ingreso de los manifestantes a la plaza Murillo, convertida en un santuario del poder. La llegada de cooperativistas mineros a La Paz plantea el interrogante de si este sector es o no aliado del Gobierno, a lo cual, para mayor perplejidad, se añade que los venidos de Potosí son los propios electores del presidente Morales.

El pliego petitorio en cuestión data del 2010 y conllevó ya otro paro total de actividades por más de 20 días, del mismo año data el régimen de autonomías en el país. En dichas circunstancias, las peticiones debían plantearse al Gobernador y no al Gobierno Central, empero, sucede que a 5 años de la medida la autonomía sigue siendo una quimera, al paso que toda la atención se limita a los Estatutos Autonómicos y Cartas Orgánicas, en los pocos distritos que los adoptaron.

Al parecer de nada sirvieron las reflexiones de paz, entendimiento y tolerancia del Papa Bergoglio, pronunciadas tan sólo horas antes del brote del conflicto. Al parecer como el Gobierno no comulga con las peticiones, la bancada parlamentaria potosina del MAS tampoco mostró una mínima solidaridad con sus coterráneos. Es verdad que el presidente Morales convocó a los peticionarios sitos en La Paz a reunirse con él en Uyuni, pero al mismo tiempo convocaba a campesinos, originarios, al grupo Bartolinas y a la Central Obrera Departamental, todos de Potosí y sin duda seguidores suyos, a lo que más que un encuentro amenazaba ser un choque o, quizá, un escarmiento. Comcipo intuyó tal expectativa y la rechazó.

Entretanto las protestas activas se extendían desde la capital a distritos como Betanzos, Puna, Vitichi, Caiza D., etc., y el día 16 pasado, 20.000 potosinos manifestantes parecían decididos a continuar su protesta a todo trance. Al presente hay ofrecimientos de la Iglesia Católica y del Defensor del Pueblo de mediar en aras de una solución. Sin embargo, cinco ministros aguardaban la asistencia de los dirigentes de Comcipo a una reunión definitoria.