(ANF).- Al cumplirse 15 días de la protesta potosina, miles de manifestantes, entre ellos mineros cooperativistas y sindicalizados, además de maestros rurales, coparon ayer las principales calles del centro de La Paz.
Unos 2.000 mineros y maestros llegaron a la sede de Gobierno en las últimas horas.
Los manifestantes usaron cachorros de dinamita, cuyas explosiones se escuchaban a varias cuadras de distancia. Los colegios de la zona fueron protegidos por destacamentos especiales de la Policía, mientras los edificios públicos y privados mostraban sus puertas cerradas como medidas de seguridad.
La plaza Murillo tuvo especial resguardo, con varios destacamentos de policías antimotines y la presencia de carros “lanzaagua” para evitar que los manifestantes ingresen a ella y pongan en riesgo la seguridad del Palacio de Gobierno.
Los potosinos exigen el cumplimiento de un pliego de 26 puntos, entre los que se encuentra la construcción de un aeropuerto internacional, una fábrica de cementos y otras obras, prometidas por el presidente en el pasado y ahora calificadas como “inviables”.
El gobierno ha ofrecido que ministros de Estado negocien con los dirigentes cívicos, pero estos insisten en que debe ser el Presidente el que se siente a conversar.
Desde hace 15 días se realiza un paro de labores indefinido en Potosí, que ha boqueado todas las salidas carreteras, suspendido el comercio y las clases y casi toda actividad. En la ciudad ya se siente la escasez y el encarecimiento de productos.
Varios ministros lamentaron la decisión de Comcipo de no dialogar. La noche del domingo, seis ministros de Estado acudieron al Ministerio de Gobierno, esperando que Llally y otros dirigentes asistan a la reunión. Sin embargo, éstos no asistieron, debido a que una asamblea de dirigentes cívicos, que se realizaba paralelamente, demoró parte de la madrugada.
Los ministros estuvieron reunidos también en el Ministerio durante toda la madrugada.
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