Pastor Baptista Gonzales
Desde hace tiempo, el gobierno de Evo Morales viene confrontando problemas regionales que se originan en necesidades y problemas económico-estructurales departamentales y promesas incumplidas por parte del Gobierno. Lo grave es que Evo Morales se niega a enfrentarlos personalmente, por lo que se agravan pese a ser solucionables. Al respecto, citamos el problema ocurrido hace años en Caranavi, cuya población pedía: la conclusión de la carretera Cotapata - Bella Vista, una envasadora de frutas y financiamiento para ampliar la captación de agua.
Evo Morales se negó ir a dialogar, posiblemente esperó que el problema se solucione por gravedad o cansancio, lo que no ocurrió, por el contrario, se agravó y el Gobierno envió a la Policía bajo la comandancia de Oscar Nina. La intervención violenta causó la muerte de dos estudiantes. Hasta la fecha no hay responsables de esa masacre. Lo que sí se sabe es que al comandante Nina, que en ese entonces estaba involucrado en actividades de narcotráfico, pese a ello no se lo hace responsable de esos hechos, quedando en la impunidad.
Otro caso es lo ocurrido en Chaparina con la marcha de los indígenas del Tipnis, por la defensa de su territorio y el medio ambiente, en su lugar Evo Morales envió al Ministro de RREE que no pudo solucionar el problema, el mismo que se agravó y la Policía en cumplimiento de órdenes superiores intervino la marcha violentamente, contra hombres, mujeres y niños. Hasta la fecha no hay responsables, ni se sabe quién dio la orden a la Policía de intervenir la marcha, argumentándose que “se rompió la cadena de mando”. Y no se sabe a qué nivel.
Ahora se presentó el caso de Comcipo. Según los marchistas, su presencia en La Paz se debe a que el Gobierno de Evo Morales no cumplió compromisos contraídos para el desarrollo económico del Departamento de Potosí. Al igual que los anteriores problemas, Evo Morales no los enfrenta ni atiende personalmente, rechaza tener diálogo con los representantes de Comcipo. La Policía es la que enfrenta el problema e interviene violentamente, con los resultados conocidos de heridos, contusos y mal trato a hombres, mujeres y niños. Luego se dirá: “la marcha es política, busca derrocar al Gobierno, nadie dio la orden de reprimir”. ¿Por qué Evo Morales soslaya enfrentar los problemas regionales y se niega a dialogar? Pero es su obligación escuchar al pueblo y atenderlo personalmente y es relativamente fácil solucionar esos problemas, mucho más si se originan en compromisos contraídos por el Gobierno, que por alguna razón no se cumplieron.
Al respecto parece que Evo Morales olvidó que el pueblo lo puso para gobernar el país como mandatario, no como mandamás; es decir para que haga lo que el pueblo le manda y pide racionalmente, lo que Morales se comprometió cumplir cuando asumió el poder y prestó juramento por sus ancestros o achachilas -dioses andinos- en Tiwanaku, con gran despliegue y ostentación. El diálogo que pide Comcipo con Evo Morales es porque sus colaboradores a veces carecen de tacto, capacidad de decisión, sensibilidad, espíritu de justicia. Por eso Comcipo, con el mayor respeto, pide al presidente Morales un poco de tiempo, buena voluntad y atención personal para dialogar, lo que puede aprovechar para aclarar si hubo compromisos incumplidos o cumplidos como sostiene un colaborador del Gobierno, lo que consideramos no es difícil.
Ahora, si hubo incumplimiento -que no es delito- y aunque así fuera, se tiene el ejemplo del Papa Francisco, hace tiempo pidió perdón por delitos de pederastia -abuso sexual de menores- cometidos por sacerdotes. Y en su última visita a Bolivia pidió perdón por los crímenes cometidos en la conquista de América.
Otro ejemplo, en el problema marítimo con Chile se critica la actitud prepotente, injusta e irrazonable de ese país, pero en Bolivia se incurre en lo mismo. Si Chile actuara con espíritu de justicia, solucionando el problema marítimo, no se imagina la satisfacción -no gratitud- que causaría en nuestra Bolivia y las ventajas que obtendría mediante tratados de complementación económica. Las mencionadas actitudes negativas causan molestia y trauma en el pueblo, que las toma en cuenta para expresarse cuando llegue la oportunidad.
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