TSE: ¿más de lo mismo?

Los miembros del “aplazado” Tribunal Supremo Electoral (TSE) fueron nombrados por los 2/3 de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) por cometer una seguidilla de “errores” que, se dice, beneficiaron a los candidatos del MAS en diversas elecciones, lo que hubiera pasado -una vez más- desapercibido si es que el ex vocal Ramiro Paredes (orondo) no fuera filmado “bailando” y festejando con militantes del MAS lo que generó -en un aparente mea culpa- su renuncia colectiva (¿o fueron despedidos?). Como fuere, la frustración se mantiene con el “nuevo” TSE. Veamos.

El rosario de entuertos y contrasentidos del TSE “aplazado” requería de una reestructuración institucional, la misma que, luego de la convocatoria y evaluación de los postulantes, se afincó en los “consensos”, otrora prácticas neoliberales y asumidas por la ALP del Gobierno de la República de Bolivia (Art. 11, CPE), lo que significa una contradicción. Es sorprendente cómo muchos “líderes” han convertido a la política en un negocio -donde se vende y compra conciencias-, otros prefieren asumir la política del avestruz, ocultando la cabeza para no ver la realidad (del pueblo) y la anomia en la cual está subsumido el Estado plurinacional. Haciendo uso de ardides, sustituyen los intereses de los bolivianos en la perspectiva de garantizar sus “privilegios personales”. En este escenario, los “notables” (léase, persona que destaca en su profesión o actividad. Por ejemplo: se advirtió una notable falta de modestia en sus palabras), que no es palabra sinónimo de ética, o garantía para transparentar la función del TSE.

El entuerto -visibilizado- radicaba en la forma de nombramiento, el cual se mantuvo. El 7 de julio (2015) nuevamente la ALP nombró a 6 vocales y el Presidente a 1, lo que significa que se mantiene la duda de su independencia” (política); ¿es más de lo mismo? La respuesta viene con ofertas -persuasivas- ambivalentes de los “elegidos”: Antonio Costas dice: “en reunión con todos los vocales “ratificamos nuestra independencia (política) hemos resuelto como primordial, obrar y actuar con absoluta transparencia”: un poco más y dicen “hemos decidido” ser independientes. Idelfonso Mamani que trabajó como funcionario en el MAS en Potosí rechaza su “dependencia”. Luis Exeni (ex funcionario del gobierno), el más rechazado por el soberano, obtuvo 114 votos en la ALP, ¿casualidad? La flamante titular, Katia Uriona, promete ser “independiente” y propone, admitiendo el papel antidemocrático del antiguo TSE, hacer un análisis de las falencias cometidas por los anteriores miembros nacionales y departamentales para que no ocurra lo de 2011, los comicios nacionales y subnacionales de marzo de 2015.

No se trata de lo que van a hacer o no, sino a favor de quién: ello no está claro en las “ofertas” de los “notables”. Se dice: este TSE garantiza la certidumbre, pero no dicen cómo. La duda radica en que ellos son producto de un “consenso” (léase, consentimiento de todas las personas que componen una cooperación), que no es sinónimo de independencia (política), sino todo lo contrario: consenso –en Foucault- significa “reparto de elementos donde todos ganan en función de su interés y poder. Más claro agua, ¡este TSE es más de lo mismo! Cuya explicación ulterior se funda en la “reforma” de la CPE para una nueva reelección del Poder. Si así fuera -una vez más- Evo Morales Aima tendría la oportunidad para “gobernar” en función a las necesidades del pueblo.