Luego de tres semanas de hacer filas detrás de los cajeros automáticos ayer, por primera vez, los griegos ingresaron a los bancos; sin embargo, las restricciones se mantienen, aunque levemente más flexible; los pagos y transferencias bancarias al extranjero aún no son posibles; y, además, aumentan los productos y servicios.
Los aumentos tributarios en términos del rescate que entraron en vigor implican alzas en los alimentos y el transporte público del 13 al 23 por ciento, tal como establecía el acuerdo que firmaron hace una semana el gobierno de izquierda de Alexis Tsipras y sus acreedores a cambio de un nuevo rescate de hasta 86.000 millones de euros.
Los cierres de los bancos fueron la señal más visible de la crisis que llevó a Grecia al borde de salir del euro a principios de este mes y amenazó los cimientos de la moneda común europea.