Julio Germán Sepúlveda Flores
La avenida Busch de Miraflores fue un trazado urbano de alto valor, ideado y diseñado por el arquitecto urbanista Emilio Villanueva Peñaranda; mide aproximadamente 2.5 Km. (2.500 m.). Según afirmaciones del Arq. Francisco Bedregal: “Algo insólito, por ser en ese entonces la avenida más larga y lineal de la ciudad de La Paz”.
Considero que el eje trazado y planteado por el Arq. Villanueva, rompió el tradicional damero o cuadrícula colonial; pensó convertir a la Av. Busch en un nodo lineal de paseo; sería el futuro prado ornamental de la ciudad jardín de Miraflores. Esta vía remata con un espacio público de gran impacto, denominado “Altar Patrio”, “Campo de Marte” y posteriormente plaza “Gualberto Villarroel”, donde posa un volumen arquitectónico en memoria a la Revolución Nacional, proyecto del arquitecto Hugo Almaraz.
La plaza Gualberto Villarroel es uno de los pocos espacios públicos simbólicos del colectivo urbano de valor histórico, cívico - cultural, lugar de encuentro, recreación y descanso, patrimonio legítimo de la ciudad de La Paz, ahora en peligro de ser depredada con la instalación de una línea y estación de teleférico, totalmente incompatible con las actividades que actualmente se desarrollan.
Por otra parte, es un atentado a la estética urbana, porque el movimiento y cruces permanentes de cabinas de teleféricos, afecta e impacta al derecho e interés de la comunidad urbana, es decir, imposibilita la mirada limpia, franca hacia la belleza del paisaje natural y transformado de la ciudad, afecta a la capacidad visual de generar emociones y sentimientos de orgullo por los valores simbólicos y paradigmas expresivos de la ciudad de La Paz.
Respecto al medioambiente, el grave problema está referido a la contaminación visual; el efecto radica en el atentado a la salud; es un abuso de derecho porque va contra la privacidad de las personas que habitan en el entorno causal. Es más, afecta al cerebro humano, porque este órgano tiene una determinada capacidad de asimilación de datos y los efectos visuales negativos por su mayor incidencia son transmitidos al cerebro, generando estrés, ansiedad, angustia y nerviosismo, siendo irreversible el proceso de deterioro físico y psicológico. Por otra parte, genera descontento e inhibición a las personas afectadas y al ser devaluados sus espacios de uso habitacional, se ven obligadas a emigrar a otros lugares.
Por tanto, la instalación de servicios requeridos para el colectivo urbano debe ser planificada con la mayor responsabilidad, sin pensar solamente en el costo económico, sino también en el costo social.
En conclusión, la ciudad de La Paz requiere prontamente: un plan integral de ordenamiento vial mediante un sistema red articulado controlado de transporte masivo.
El autor es Arq. Urb.
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