Flavio Iturri Arias
Son momentos importantes para la unidad latinoamericana, al fin, dos naciones hermanadas históricamente pudimos entender que la humanidad fue y es una sola. Las guerras entre hermanos tiñeron de rojo mares, ríos y desiertos, nada menos que por hegemonizar dominios mediante armas que, en la actualidad, ya no tienen asidero alguno. Grandes pensadores, filósofos, literatos e historiadores de muchas naciones nos señalaron el rumbo civilizado de la humanidad y del entendimiento social y humano que llegaron a su fin.
Europa nos dio grandes lecciones después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, hoy es un continente unido, con una sola moneda y una identidad, un sol, luna, estrellas y un solo lenguaje. Gandhi, Luther King, Kennedy y miles de mártires ofrendaron sus vidas, como la Generala de América: Juana Azurduy, Ildefonso de las Muñecas y otros que lucharon por una sola causa, la Libertad.
La humanidad al fin tomó conciencia de que las controversias no se resuelven con violencia, mucho menos con ejércitos. En nuestra América no deberían existir las fronteras ni posesiones que nos dividan entre hermanos. El Papa Francisco, Evo Morales y Cristina Fernández son una buena señal de unificación universal y civilizada.
Creemos que la sangre derramada por nuestros héroes de los tiempos idos no fue vana, la hermana República de Argentina descubrió el monumento de nuestra heroína Juana Azurduy a la cabeza de la presidente, lindo homenaje a La Paz y al Estado Plurinacional.
Deberían nuestras autoridades gubernamentales realizar este mismo homenaje a nuestro héroe de origen tucumano, argentino, Ildefonso de las Muñecas, porque los guerrilleros de la independencia no sólo pelearon por Bolivia y Argentina, pelearon también por sur, centro y norte América.
La mediocridad de los políticos y algunos historiadores fragmentaron la real historia de los pueblos americanos.
La Republiqueta Larecaxa se la estableció en la histórica población de Ayata, provincia Muñecas, cuyo epílogo y desarticulación fue sellada un 27 de febrero de 1816 a la cabeza del héroe Muñecas, con sable y cruz en mano, cuyo pronunciamiento anticolonial fue un 15 de agosto de 1815.
Los paceños no debemos olvidar que en la revolución de La Paz se realizaba una misa a la cabeza del Obispo La Santa y Muñecas en nuestra catedral de La Paz; mientras esto ocurría, los patriotas, a la cabeza de Murillo y nueve mártires, aprovecharon para iniciar la Revolución Libertaria comprometiendo el sacrificio de estos valientes por órdenes de los reyes y virreyes de la época independentista colonial.
Muñecas fue asesinado por soldados afines a España el 8 de mayo de 1816, cuyos restos fueron sepultados en el cementerio de la población de Guaqui, provincia Ingavi de nuestro departamento.
El autor es Prof. D.D.A.
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