Se trunca el diálogo y se desata violencia en La Paz

Gasificación y dinamitazos caracterizaron la jornada de ayer, miércoles, en La Paz. La violencia se desató luego de que el presidente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), Jhonny Llally, determinara abandonar la reunión que desarrollaba, con ministros de Estado, junto a sus afiliados, en instalaciones del Viceministerio de Régimen Interior, producto de los desacuerdos sobre las implicancias del diálogo.

CONVOCATORIA

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, respondió a la convocatoria de los cívicos potosinos la mañana del miércoles, convocándolos al diálogo para las 11.00 horas en dependencias del Ministerio de Gobierno.

Sobre la asistencia del presidente Morales al encuentro, aclaró que conforme a las competencias del Mandatario no se le permitía firmar ni avalar acuerdos institucionales. Pero se comprometió a que una vez concluido el diálogo y agotado el pliego petitorio de Comcipo, que contempla 26 puntos, “el presidente, Evo Morales recibirá a una delegación de ambas partes para la entrega del acta que se firmara, sin que medie ninguna medida de presión”.

ENCUENTRO

En medio de una masiva marcha de mineros cooperativistas, asalariados y cívicos, la dirigencia de Comcipo arribó al lugar del encuentro, ubicado en la avenida Arce de La Paz, al mediodía. 36 nombres figuran en la nómina de ingreso a dichas instalaciones.

En un ambiente reducido con una mesa, en forma de “U”, la dirigencia ocupó un lugar a la espera de los ministros, que minutos después salieron a su encuentro.

Inicialmente se realizaron algunas consideraciones sobre las notas enviadas entre Comcipo y el Gobierno, momento en el que empezaron las discrepancias.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, explicó que por motivos técnicos no sería posible la transmisión directa del evento por la estatal Bolivia TV, pero que se trataría de cumplir con las demás exigencias.

“Cumplimos con los planteamientos en torno al pliego petitorio de Comcipo, con una participación abierta de los medios de comunicación y lógicamente, una vez que podamos terminar el trabajo, lo hagamos con el presidente, Evo Morales. Quiero decirles que tenemos un problema técnico con la transmisión del canal estatal, no tenemos señal en este momento, puesto que ha sido dañada la fibra óptica por una de las detonaciones (de dinamita), entonces se ha interrumpido la transmisión del canal 7”, explicó para posteriormente ceder la palabra a los cívicos con el objetivo de “establecer la metodología del trabajo”.

El presidente de Comcipo, Jhonny Llally, cuestionó las medidas de seguridad que se ejercieron al momento del ingreso de él y sus compañeros. Denunció discriminación y difamación durante el transcurso del conflicto, de parte, del Gobierno Central. Posteriormente, hizo alusión a la participación de Morales en la firma de los posibles acuerdos.

Tras rememorar, cómo se desató el conflicto desde el año 2010, el máximo dirigente hizo alusión a la participación de Morales en la firma de los posibles acuerdos.

“Hemos demostrado toda nuestra voluntad. Ahora estamos solicitando la presencia del señor Presidente. Si fueran tan amables, quisiera que nos digan en qué articulo dice que el Presidente no puede firmar, porque nosotros solicitamos que se haga presente el Presidente para que se garantice y se ejecute cada proyecto en demandado por Potosí”, enfatizó, dirigiéndose a los ministros.

Otros representantes cívicos secundaron la posición, asegurando que la firma del Primer Mandatario era “importante” para el buen desarrollo del diálogo.

Un representante de los cooperativistas mineros tomó la palabra para establecer que el diálogo aún no se había iniciado. Asimismo, sostuvo que si el Presidente podía rubricar o no los acuerdos deberían ser definidos más adelante, pero que sólo concluirían el tema en presencia del Primer Mandatario.

“Vamos a firmar los acuerdos a los que lleguemos delante del Presidente para que garantice lo que vamos a negociar con ustedes, y que de cara al pueblo diga que hará cumplir con los planteamientos a favor de Potosí”, dijo.

Pese a las ambigüedades de las posiciones, Romero accedió a cumplir con la presencia de Morales, tras la conclusión del diálogo, pero descartó que el Presidente firmara cualquier documento emanado del mismo.

En ese marco, se reiteró la lectura de la última nota enviada por Comcipo, que sólo mencionaría la asistencia del Presidente y no así la firma de documentos.

“Queremos la firma del presidente, Evo Morales como garantía, va a firmar sí o no”, cuestionó Llally, a lo que Romero le respondió con la lectura de las atribuciones del Presidente del Estado.

Posteriormente, el representante minero intervino y se dirigió a Romero: “Ahora si firma o no firma como plantean, lo veremos después pero que por lo menos dé un mensaje al pueblo potosino, indicando que verdaderamente hará cumplir lo que se ha negociado, eso queremos que digan, aceptan o no aceptan”, enfatizó.

En dos palabras, el Ministro de Gobierno respondió: “Está aceptado”. Entretanto, Llaly increpó, “Señor Ministro, con esto termino y me retiro no me lo ha leído dónde dice la Constitución Política del Estado (CPE) que no pude firmar el Presidente un acuerdo o compromiso con un departamento, por eso no hay las condiciones, muchas gracias me retiro”, dijo a tiempo de abandonar el ambiente seguido por sus compañeros.

VIOLENCIA

Mientras el Gobierno lamentaba el abandono de los cívicos “pese a haber aceptado todas sus condiciones” y denunciaba el daño causado por la detonación de cachorros de dinamita, además de la “intransigencia” de la dirigencia en torno a la presencia del presidente, Morales; en las afueras del Viceministerio de Régimen Interior se producían enfrentamientos entre policías y mineros cooperativistas.

Tras avizorar el abandono de Llally y su comitiva, los manifestantes que se apostaron en las afueras de las dependencias gubernamentales detonaron un cachorro de dinamita en una de las rejas, abriéndose paso para lanzar otro explosivo al frontis del recinto, producto de la detonación varios vidrios se quebraron.

Los ministros de Gobierno, Carlos Romero; de la Presidencia, Juan Ramón Quintana; de Salud, Ariana Campero; de Obras Públicas, Milton Claros y de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, huyeron del recinto gubernamental, utilizando para tal cometido la parte trasera del Viceministerio, siendo colaborados por la Policía y los funcionarios públicos.

Los efectivos policiales que fueron sorprendidos, activaron, entonces, un operativo para disipar a los potosinos del Ministerio de Gobierno con el uso de agentes químicos.

Como una “batalla campal” calificaron los acontecimientos, transeúntes que fueron afectados por los gases lacrimógenos. Por varios minutos, la Policía y los mineros se enfrentaron. Gases y dinamitazos se intercambiaban colapsando la circulación vehicular en la avenida Arce.

Periodista que cubrían el encuentro quedaron en el Viceministerio a expensas de los dinamitazos y los agentes químicos.

SALDO DEL ENFRENTAMIENTO

El funcionario del Viceministerio de Régimen Interior, identificado como Sául Panoso, resultó herido producto del quiebre de los vidrios por la detonación de los cachorros de dinamita. Entretanto, Jhonny López y Martín Uyola, del Comité Cívico de Potosí fueron heridos producto de los balines que dispararon efectivos policiales durante el enfrentamiento. Además, otros movilizados resultaron con rasguños y algunos golpes, pero ninguno de gravedad. El profesor Presbítero Cruz acusó a la Policía de iniciar la represión a la vigilia.

Según informes del máximo representante de Comcipo, 40 ciudadanos potosinos fueron aprehendidos por la Policía, entre ellos, dos periodistas, uno identificado como Juan Carlos Paco Veramendi. Pero, hasta el cierre de edición la Fuerza especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) reportó un número de 52.

Horas después, en el coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde se desarrollaba una reunión para analizar los últimos acontecimientos, Comcipo tomó como rehén a un presunto infiltrado, identificado como el teniente de la Policía, Heber Patiño. Ante esta situación, la dirigencia cívica planteó un “intercambio”: el efectivo policial por los marchistas aprehendidos.

La mediación del rector de la UMSA, Waldo Albarracín, logró la liberación del uniformado.

Con los ánimos aún caldeados, el dirigente de Comcipo, Milton Navarró, advirtió al Gobierno dejar de enviar infiltrados a sus concentraciones, caso contrario, dijo: “Mucho cuidado porque si encontramos más infiltrados los vamos a quemar”.