La pobreza es el centro del conflicto

(ANF).- El conflicto potosino se debe a la pobreza y marginación que ha sufrido ese departamento desde hace años, coincidieron en señalar por separado el analista Carlos Cordero y el rector de la UMSA y exdefensor del Pueblo, Waldo Albarracín.

Ambos fueron entrevistados por canales de televisión, en los que insistieron en la necesidad de reanudar prontamente el diálogo.

“Es un conflicto de muchos años, lo que ha estado ocurriendo es un hecho curioso, los medios de comunicación y el gobierno han ayudado a desviar el centro del conflicto, que en realidad es la pobreza y la exclusión en la que vive en Potosí”, dijo Cordero en Cadena A.

Agregó que dirigentes de Comcipo y todo el pueblo de Potosí “le reclaman al gobierno el olvido, exclusión y pobreza que sufre”, pero que cuando se dan “dinamitazos y violencia” la atención “obviamente se concentra en esos hechos”.

Cordero, que fue precandidato a Alcalde por UN, expresó que “después de la llegada del Papa qué le costaba al Presidente recibir a los potosinos con los brazos abiertos, escucharlos”.

Añadió que el MAS, aunque sigue siendo una fuerza central en Potosí, ha empezado a perder fuerza en esa región.

El rector de la UMSA, entrevistado por Red Uno, dijo que deben resolverse los “obstáculos” del diálogo y que ambas partes deben, para ello “ser más pragmáticas”.

Por ejemplo, en el tema de la cantidad de delegados que puede inscribir para el mismo la dirigencia cívica dijo que puede ser un número relativamente pequeño porque “la televisación hace que todos puedan conocer lo que sucede”.

“Hay que limpiar barreras, no burocratizar tanto la negociación, y esto pasa por la voluntad política de las partes y mínimo de inteligencia, partiendo de ese principio”.

“No basta ser solidarios, creemos que debe haber una atención a los pedidos de la dirigencia cívica”, dijo, y agregó que “es importante recalcar que hay solidaridad hacia el pueblo potosino, entendemos que su reclamo es legítimo, los cuidadnos lo entienden”.

El miércoles, tras la ruptura del diálogo, se produjo una espiral de violencia en el país, con choques entre policías y manifestantes y uso de cachorros de dinamita, con un saldo de heridos y detenidos.